Ana Belaunde, fundadora, cocinera y mente creativa detrás de Limaná, comparte su visión al expresar: “Cuando abrimos nuestro restaurante en San Isidro, en febrero del 2020, teníamos muchos objetivos, siendo el principal generar un impacto positivo en la alimentación peruana. Quiero compartir todo lo que he aprendido durante años de estudio y experiencia. Limaná nació para demostrar a los peruanos y al mundo entero que es posible disfrutar de comida deliciosa, nutritiva y respetuosa con la naturaleza".
A pesar de los desafíos enfrentados al inicio debido a la pandemia, han pasado cuatro años y aquí estamos, felices y agradecidos por la cálida acogida de nuestros clientes y los reconocimientos nacionales e internacionales recibidos.
“Hoy siento que, con cuatro años de arduo trabajo, hemos contribuido en transformar la forma en que se come en el Perú. La pandemia y el cambio climático nos han obligado a todos a repensar nuestras prácticas alimenticias. Las nuevas tendencias, abrazadas por generaciones como la millennial, zeta y alpha, están aquí para quedarse y nosotros las integramos como parte de nuestra filosofía de vida”.
¿Qué planes tienen para el futuro en términos de sostenibilidad y cómo esperan seguir siendo un referente en este aspecto?
En cuanto a nuestros planes futuros en términos de sostenibilidad, aún tenemos muchos retos por alcanzar. Seguimos trabajando en integrar a más proveedores a nuestra cadena de suministro y fomentar buenas prácticas entre ellos. El año pasado, ofrecimos una charla a los hijos de agricultores que trabajan con nosotros para informarles sobre las tendencias mundiales en consumo de alimentos y mostrarles cómo sus productos llegan a los clientes, valorando su esfuerzo en producir alimentos orgánicos y ecológicos.
Continuamos esforzándonos por reducir nuestro impacto ambiental y aspiramos a ser libres de plástico en el futuro. Además, hemos mejorado las condiciones de trabajo para nuestro equipo, ofreciendo clases de yoga y inglés durante su tiempo libre, lo cual es valorado por todos.
En cuanto a nuestros platos, seguimos colaborando con nuestro equipo de chefs y barmans para desarrollar nuevos platos ricos y nutritivos que sorprendan a nuestros comensales. Es un trabajo continuo en el que ponemos cada vez más énfasis.
Otro aspecto importante de nuestra carta es que sea inclusiva, en Limaná queremos ser reconocidos como un restaurante apto para veganos y vegetarianos, lo mismo que para quienes disfrutan de una dieta flexitariana que incluya pescados. Asimismo cuidamos tener opciones sin gluten, sin lácteos y sin azúcares procesadas. Nuestro objetivo es que todos puedan disfrutar de un comida deliciosa sin importar su régimen alimenticio.
¿Cómo ha logrado Limaná combinar la sostenibilidad con la deliciosa comida que ofrece? ¿Cuál es su enfoque en términos de ingredientes y proveedores?
Definitivamente ser un restaurante sostenible exige decisión y esfuerzo. Creo que nuestro éxito al combinar sostenibilidad con comida deliciosa radica en la internalización de nuestra filosofía por parte de todos los colaboradores y en el estudio meticuloso en cada paso.
Nuestros platos no son producto del azar; evaluamos cuidadosamente la procedencia de los
ingredientes, su valor nutricional, la compatibilidad entre ellos no solo para llegar a un
balance de sabores sino también para lograr un plato delicioso y nutritivo y garantizar una
experiencia culinaria excepcional.
¿Cuáles son los clásicos que todo primer visitante a Limaná no debe dejar de disfrutar?
Me atrevo a decir que los clásicos de Limaná que ningún visitante de Limaná debería perderse, tenemos en primer lugar nuestro ceviche de coco que es una opción imperdible. A pesar de sustituir el pescado por coco, el sabor a ceviche se mantiene extraordinariamente bien logrado, además es una explosión de superfoods y por si fuera poco es apto para todos los tipos de dieta.
Otro clásico es nuestro atún en costra de ajonjolí, preparado con atún de pesca artesanal, resaltando nuestro compromiso con los productores locales y la calidad de los ingredientes. Mucha gente no lo sabe, pero en muchos restaurantes en Lima se trabaja con atún importado.
Y, por supuesto, nuestro famoso spaghetti al pesto, con una salsa única de menta, albahaca y perejil, todos superfoods que aportan frescura y sabor incomparables, además de ser una explosión de antioxidantes.




