Hemos intentado de todo: desde leer runas [1], fondos de tazas de café, barajas, interpretación de sueños, descifrar las cuartetas de Nostradamus[2] y bolas de cristal, e incluso invertir hasta el último centavo en el mercado de valores confiando en genios financieros que con su lectura de gráficos y estadísticas pueden augurarnos una mayor riqueza. Estos últimos no están solos: los financieros como muchos otros sectores apuestan por el futuro basándose en el nuevo oráculo: los macro datos o la Big Data [3]

El análisis de datos para la industria de la moda es vital, mucho de su poder económico actual se lo debe a su capacidad de predecir con un mínimo margen de error qué usaremos, qué se venderá en cuáles tallas y colores, y lo que no sobrevivirá más de una temporada. Sin embargo, otros hablan de profecía autocumplida: predicen lo que vestiremos y al mismo tiempo nos inducen (o presionan) a usarlo.

Cada año se invierten millones de dólares en detectar y darle seguimiento a lo que se está desarrollando a nivel de laboratorio, en áreas asociadas o tan disímiles al diseño de moda como las artes, la política, las finanzas, la salud, la tecnología, o el medio ambiente con la finalidad de garantizar, por ejemplo, que la próxima camiseta manga corta, blanca, básica de algodón será un éxito global de ventas y nuestro próximo uniforme.

Cuando les explico a mis estudiantes de moda que empresas como Pantone[4], nos sugieren los colores para el teñido de textiles de la próxima colección o que todos esos looks fabulosos que vemos en las semanas de la moda de Nueva York, Londres, París o Milán  no son el exclusivo resultado de talentosos diseñadores, sino que todo ese proceso creativo se nutre y en cierta forma, valida,  gracias a un reporte de tendencias (Trend/Forecasting  Report ) que vale miles (no importa la moneda, vale miles) y otro de ventas que puede incluir hasta variables demográficas. Sus caras de asombro son un poema visual a la incredulidad. Estas luego se convierten en alivio porque un gran peso -la inseguridad sobre su talento o capacidad para crear las maravillas que están en las tiendas-desaparece. Juraban que todas esas creaciones de pasarela son el producto de musas caprichosas o que los creadores de moda experimentan momentos de genialidad cual epifanía traducida a papel en el próximo must have o It thing que necesitamos en nuestras vidas.

La ropa que consumimos, incluyendo algunos aspectos de la Alta Costura, y sobre todo la moda pronta o moda rápida (Fast Fashion) son también el resultado de predicciones. En resumen, un diseñador, por  muy talentoso que sea, no podrá ser un éxito en ventas si sus piezas no tienen los colores, las siluetas, la energía, y el sentimiento colectivo del momento. Podrá ser la pieza más bella, pero si no está fabricada en los colores correctos, no saldrá de las tiendas.

Mercure Galant, se considera la primera publicación con contenidos de moda fue. Fundada en 1672 en la Francia de Luis XIV, ya informaba sobre lo que se llevaba y lo que no. Sin embargo, creo que antes de este género de publicaciones, los artistas plásticos y escritores fueron los responsables de dejarnos saber cómo se vestía la humanidad (obviemos por ahora las pinturas rupestres). Retratos de personajes ilustres, batallas o encuentros históricos fueron plasmados en pinturas como La entrevista entre Luis XIV y Felipe IV en la isla de los Faisanes, cuadro del pintor francés Jacques Laumosnier que ilustra el encuentro entre ambos monarcas en 1660. En él se observa a la corte francesa usando lazos, tachones y arandelas en colores más llamativos que los representantes de la corte española con colores sobrios  y piezas de ropa menos decoradas.

Hoy tenemos a Vogue (entre muchas otras) que este año 2020 celebrará  su 128 aniversario. En 1927, Tobe Coller Davis inició  sus servicios de consejería de modas en Nueva york y su TOBE Report orientado a informar sobre lo que se estaba vendiendo en Europa , y analizado por compradores de los grandes almacenes norteamericanos y diseñadores. Era común para estos últimos, comprar los derechos de los modelos de casas como Chanel mediante la adquisición de los patrones (las casas de modas francesas obtenían el flujo de caja para mantenerse con las ventas de los patrones de sus exclusivas creaciones que podían ser reproducidas como genéricos por otros. Hoy esos fondos se obtienen gracias a la venta de perfumes y accesorios).

No es hasta 1968 que Leigh Rudd publica el IM International Report, el primero en su género y en usar la palabra Forecasting aplicada a moda y no al clima. Este reporte predice qué ropa nos pondremos dos años antes de que suceda. Algo inconcebible tan sólo días antes de su publicación. Pero ¿cómo lo hizo? Leigh leyó y vio todo lo que pudo sobre arte y cultura, política, economía, moda, lo que pasaba en las calles, observó a la gente común y a los famosos, cuestionó los orígenes de ciertas modas, analizó el comportamiento  humano, asoció acontecimientos con patrones de compra y  cambios en el uso de  las piezas, pero sobre todo, puso atención a la  “vibra” al “espíritu de los tiempos” , y empezó a predecir hacia dónde  se inspirarían los diseñadores para reflejar “eso” en la ropa y en el tipo de piezas usadas.

Rudd y su equipo no sólo predecían, sino que ordenaban  la elaboración de piezas que sugerían estos cambios o predicciones y empezaban a usarlos. Una mezcla entre lo que hoy conocemos como Influenciador y profecía autocumplida. En 1998 entra a la escena, ese gigante de la predicciones y analítica de moda, que es capaz de emitir proyecciones de tendencias de hasta 10 años. El negocio de la moda  actualmente empieza con predicciones de 6-5 años por adelantado, luego valida 2 años de antemano, actualiza el reporte 1 año previo con las semanas de la moda y reconfirma las tendencias 6 meses antes de su aparición del mercado. Claro, ese era el ciclo antes de que todo se volviera frenético gracias a la moda rápida y las redes sociales.

Ese listado de las 10 tendencias que aparece en las redes y revistas es un resumen de años de trabajo realizado por miles de personas a un costo que pocos podemos pagar… para todo lo demás están en Google y Pinterest.

 Por supuesto, la pandemia creó una grieta, un paréntesis, en apenas unos meses, que ha provocado un cambio de dirección, y bueno, muchas de esas tendencias están en pausa o en veremos, porque ahora nos domina la ropa de casa (loungewear).

Pronto tocará decidirnos entre si la “vibra” seguirá dando prioridad a sentirnos cómodos cuando nos “liberen” de la cuarentena o estaremos tan hartos de este nivel de desaliñe controlado que desearemos avocarnos a salir arreglados y mostrar lo mejor de nosotros porque después de todo, sobrevivimos.

Pero lo que viene, para muchos, esta frente a nosotros,  y sólo confirma que la moda, aún en sus momentos más extremos, es espejo de lo que nos toca vivir ya sea en cuarentena o no. Por lo pronto ya tenemos miles de opciones de mascarillas diseñadas para todos los gustos, presupuestos , y ánimos.  Lo que vestiremos también reflejará nuestro cambio de mentalidad que como grupo de individuos, impactará en nuestras sociedades como la importancia de preservar el medio ambiente, la conciencia sobre el origen y el costo humano y medioambiental de todo lo que consumimos. Muchos -me incluyo-, optaremos por la adquisición de una pieza increíble, bella y de excelente calidad a la compra de veinte (20) piezas  que no aguantan diez (10) lavadas. Las tribus urbanas se redefinirán y muchos códigos de estilos se podrán leer en las mascarillas y guantes que usaremos.

Aún aquellos que no les gusta la moda, y que pertenecen a la tribu urbana de aquellos que no les gusta, hay moda para ellos también porque al principio, la moda la dictamos cada uno de nosotros,  años antes de que se refleje en las pasarelas, aunque  al final “aceptemos” que influyen en la decisión de lo que llevamos puesto. Tiene mucho de aquello de cuál  es primero…. ¿la moda o la tendencia?

Era común para estos últimos, comprar los derechos de los modelos de casas como Chanel mediante la adquisición de los patrones de sus exclusivas creaciones para luego reproducirlas como genéricas.  La venta de estos derechos era la manera en que las casas de moda francesas obtenían el flujo de caja para mantenerse. Hoy esos fondos se obtienen gracias a la venta de perfumes y accesorios.


[1] Las Runas Vikingas son piedras que sirven para la adivinación. Son instrumentos de magia, capaces de mover energías y producir cambios increíbles en nuestra vida.

[2] Nostradamus, fue un médico francés y supuesto adivino, más conocido por su libro Les Propheties, una colección de 942 cuartetas poéticas que supuestamente predicen eventos futuros.

[3] Big Data es un término que describe el gran volumen de datos, tanto estructurados como no estructurados, que inundan los negocios cada día.

[4] Pantone® Inc. es una empresa con sede en Carlstadt, Nueva Jersey, creador del Pantone Matching System®, un sistema de identificación, comparación y comunicación del color para las artes gráficas.

[5] https://elpais.com/elpais/2019/11/15/estilo/1573827533_740809.html

[6]  Imaginatives  Mind International Report (Reporte Internacional  de Mentes Creativas)

[7] El forecasting consiste en la estimación y previsión de la demanda futura de un producto o servicio.

[8] es un término en alemán que traducido al español significa “espíritu de la época” o “espíritu del tiempo”

[9] Traducción del inglés-WGSN es una compañía de pronóstico de tendencias de la organización matriz Ascential. Emap, una editorial compró la empresa en 2005 por 140 millones de libras

[10]  (en YouTube hay comentarios disponibles sobre el reporte de macro tendencias 2020-2029 ).


KATIA RÍOS MILLARES

Graduada de Interiores (PUCMM 1991)  y   Diseño de Moda (Chavón 1995), 8 años de experiencia en manufactura textil, merchandising  y  lavados (Grupo M) para marcas como Hugo Boss, Tommy Hilfiger, Nike y Carters.
Entrenamiento textil en The Collage of Textiles NA, EEUUA.  Auditora de calidad  certificada ISO 9000, Consultora Textil para Consejo Nacional de Competitividad  y el Banco Interamericano de Desarrollo.  Gerente de Proyectos para el sector de desarrollo a nivel internacional  (Chemonics, FHI 360s, USAID) por más de cinco años. Egresada de Barna/Escuela de Negocios Programa de Desarrollo Directivo.
Forma parte de la Facultad de Chavón/La Escuela de Diseño, Rep. Dominicana desde 2013 impartiendo Fundamentos del Diseño, Perspectiva Arte y Diseño, Diseño de Moda, Textiles, Vestuario, Historia de la Moda  y Seminario /Estudio.
Escribe sobre Historia de la Moda para una revista dominicana y diseña productos textiles para cortometrajes, editoriales y eventos.