A veces el miedo nos hace actuar por impulso y puede hacer que se gasten millones de dólares. Fue de esta manera que se construyó Survival Condo, un refugio subterráneo de lujo que ha atraído a millonarios temerosos por el apocalipsis.

Construido y fundado por Larry Hall en 2011, Survival Condo fue cimentado sobre un silo de misiles Atlas para convertirse en un refugio de lujo para varias familias. Este bunker contemporáneo ofrece a sus clientes una basta urbanización subterránea a 70 metros bajo tierra diseñada para alojar hasta 75 personas durante un periodo de más de 5 años. Con una superficie total de 4.645 m2 cuenta con varios espacios como biblioteca, piscina, parque para pasear perros, aulas para los más pequeños, saunas y cine.

Survival Condo está dividido por niveles, los cuales son ofrecidos por separado; sin embargo, también se han creado residencias dividiendo la superficie del nivel a mitad de precio. De esta manera, se ofrecen viviendas dúplex de 340 m2 a partir de los 4 millones de euros, apartamentos de 170 m2 a un coste de 3,65 millones y otras viviendas más pequeñas de hasta 85 m2 desde 1,3 millones.

Con unas paredes gruesas de casi 30 metros y una puerta de acceso de acero blindado y ocho toneladas de peso, presenta un total de 15 plantas que llegan hasta 60 metros de profundidad. Sus viviendas estándar están equipadas al igual que un hotel de cinco estrellas. Tres dormitorios, dos baños con bañera de hidromasajes, un salón con televisor de 50 pulgadas, una cocina amueblada con electrodomésticos de alta gama y una gran variedad de ventanas que cuentan con pantallas que muestran imágenes de naturaleza para combatir el aislamiento.

Desde su página web, se publicita como la vivienda vacacional para pasar el fin del mundo. Además, tiene una lista de los posibles desastres que la humanidad podría enfrentar hoy en día: desde el cambio climático hasta la teoría de Dots. A pesar de que puede llegar a sonar paranoica, el búnker cuenta con instalaciones destinadas para brindar a la comunidad alojada autosuficiencia energética, alimentaria y tratamiento de residuos. Entre estas se pueden enumerar un aerogenerador, paneles solares, un generador diésel para abastecer de energía durante años, seguridad de grado militar, un centro de cirugía menor, cerraduras biométricas y un sistema de tratamiento de aguas.

El complejo presume de tener su propia fuente de energía, un suministro de agua con un tanque de 75,000 galones y un sistema de filtración de aire capaz de aguantar ataques nucleares, biológicos o químicos. Además, presenta un jardín hidropónico y una piscifactoría de acuicultura para generar sus propios alimentos que serán vendidos en la tienda general del espacio.

Survival Condo es uno de los varios terrenos subterráneos que han sido convertidos en búnkers de seguridad a lo largo del tiempo, debido a la paranoia y miedo de algunos. Según The New York Times, en tiempos de la Guerra Fría, Estados Unidos construyó decenas de guaridas subterráneas para almacenar armas nucleares. En los últimos años, en un contexto cada vez más paranoico por el terrorismo, ciberataques y pandemias; algunos emprendedores, algo pesimistas, han empezado a comprar y remodelarlas a fin de convertirlas en viviendas de lujo subterráneas y venderlas a millonarios asustados.

Aunque no ha sido utilizado aún, ya tiene varias reviews positivas en su página web. Entre estas se pueden encontrar opiniones como: «Un dúplex de la misma calidad en Nueva York me hubiera costado lo mismo, si no más, por metro cuadrado. Con esto me quedo tranquilo», «Si uno lo piensa, es el mismo silogismo que se usa en todos los anuncios de alarmas que vemos en televisión» y «Me siento mejor sabiendo que tengo un búnker de lujo para mi familia por si algo pasa».

Según su fundador, Larry Hall, el éxito de este complejo subterráneo es debido, principalmente, a una emoción: el miedo. Hoy, luego de pasar por una crisis mundial como el coronavirus, la atención vuelve a estar en ese sueño distópico. Esto se demuestra al ver que los doce primeros apartamentos se vendieron poco después de la finalización del proyecto, y en su web oficial ya se anuncian nuevas construcciones de este tipo.

Escribe: Abraham Calderón Chauchí