Ximena Moral, en exclusiva, nos brinda su primera entrevista en su faceta de madre. Nos cuenta a detalle pasajes de la cotidianidad junto a su hijo, su nuevo proyecto y de qué manera las redes se convierten en un arma letal.

Estamos ante alguien que confía a ojos cerrados en el tiempo, en la vida y en el good karma. «Si algo no sale bien en su momento, al final todo mejora, porque aprendes y creces», enfatiza mientras muestra su tatuaje con la frase «It ‘s okay». Su primer trabajo fue a los 14 años como makeup artist. Todo comenzó como un hobby, mientras estudiaba. Se convirtió en mamá a los 21, luego youtuber, influencer y ahora empresaria de Moral Jewelry.

Fotografía: Óscar Chang

La época en la que vivía atrapada en una relación para nada sana, ingenua y en piloto automático, se acabó cuando nació su hijo: momento en el que ella también volvió a nacer. «Noah llegó a mi vida, y es tal como yo necesitaba que él fuera. Me salvó. Gracias a él, mi vida fluyó. Jamás lo he visto como una carga, sino como un compañero en día y noche».

Aunque en un inicio le costó asimilar la idea de que su hijo crecería en una familia disfuncional, cada día que pasaba se daba cuenta de que la familia es amor sin importar cómo esté conformada. Noah tiene una buena relación con su papá y se educa de forma alternativa. «Nos va increíble con la profesora particular. No comparto la educación virtual, no nos fue bien. Él es un niño que necesita socializar», sostiene.

«Algo que he sacado de mi mamá es ser amorosa. Gracias a ella y a Isa (la persona que me ayuda con Noah), puedo viajar y cumplir con mi trabajo. Cada vez que puedo, voy con mi hijo, porque le encanta estar en contacto con la naturaleza. También busco desconectarme, para después volver a la rutina de esta nueva normalidad». Ximena prioriza la salud mental frente a cualquier eventualidad.

La vida es fácil junto a Noah, y no complicarnos tanto es su mayor consejo. Su lema de vida es «vive y deja vivir». Su audacia, lealtad, amor e incondicionalidad, son aprendizajes de su mamá, quien es su mejor amiga. Sin más, sueña con tener esa misma relación con su hijo.

Fotografía: Óscar Chang

Entre sus proyectos, mantiene a flote su empresa de joyas, a pesar de los inconvenientes. «En la primera cuarentena me cerraron la fábrica. Estuve varios meses parada, pero ya se solucionó». Ha tratado de ingeniárselas y trabajar al 100 %, como siempre lo ha hecho. «Ya lanzamos la nueva colección, esta increíble. Nos está yendo espectacular», comenta ilusionada.

Sin embargo, nos adelanta, tiene un próximo emprendimiento inspirado en el makeup. Trabajará con sus marcas aliadas. No nos quiere dar muchos detalles, pero está enfocándose a full en su trabajo. Quiere seguir en redes, buscando la diversificación en los negocios para obtener nuevos ingresos e ir despegándose del Instagram, aunque no es su totalidad, porque es parte de su vida, según reconoce.

Fotografía: Óscar Chang

Es una de las primeras personas con este estilo de feed en Instagram en Lima. Su ojo artístico para la moda, belleza, espacios, muebles, todo lo vintage, no es para menos. Los estudios que cursó de arquitectura y diseño de interiores contribuyeron a la estética que mantiene hasta la fecha. «Solo sé que me encanta crear y visualizar cómo y dónde serán las fotos. Me gusta pensar en todos los outfits, la escena. Amo el proceso creativo, por eso lo hago tan constante. Soy demasiado visual», afirma.

En contraposición, nos comenta que su hijo Noah no cuenta con ninguna red social, pero que el rock & roll le nace instintivamente. Le encanta a guitarra y sabe divertirse solo. No necesita de TV o de herramientas similares para distraerse.

Está soltera desde hace más de cinco años. «Nunca le he presentado a nadie a Noah. Siempre trato de mantener esa línea muy separada. Para algunos hombres, este es todo un tema. Me han terminado por ser mamá. En fin, si quieren bien; si no, pena por ellos».

Fotografía: Óscar Chang

El hecho de ser mamá no significa descuidarse. «Perseguir nuestros sueños y ser felices hará que esa personita que depende de nosotras también lo sea». La idea de tener un hijo no deja extinto el hecho de conocer el mundo y tener historias para contar. No todo siempre será feliz, pero al tomar distancia y observar el big picture, Ximena sabe que todo siempre estará bien mientras se tenga a ella, a su hijo y a su familia.

¿Se arrepiente de alguna experiencia? Absolutamente no. Con todo se aprende. Ser fuerte, tener voz y amor propio, la caracterizan. Aprendió a separar su vida personal de su trabajo. No es la típica mamá, quizás por su corta edad o por la forma en la que se muestra frente a las cámaras. Y tendrá varias diferencias respecto a otras madres, pero coincide con ellas en una cosa: los hijos son la bendición más grande que la vida nos puede regalar.

«Disfruten la vida, el celular y las redes es el 1 %. Lo que es real, factible y tangible es lo demás. No podemos enredarnos ni enrollarnos dejando que nuestra mente se quede en un aparato», finaliza, aconsejando a quienes desean dedicarse al mismo rubro. Mantiene una carrera que despierta todo tipo de emociones y comentarios, pero continúa firme. Es una mujer a prueba de balas.

Escribe: Óscar Chang