El restaurante y santuario de las mariposas, «La Mariposario», nos sorprende con una experiencia de consorcio amazónico y cuatro bodegas californianas ¿Se trata de un choque de ambos mundos?
Dos elementos se congregan para brindar una experiencia única a sus comensales. La creativa propuesta de este restaurante es ofrecernos una experiencia de maridaje amazónico en siete tiempos con cuatro bodegas de vinos californianos: Dark Horse, Barefoot, Ghost Pines y William Hill. Una armonía híbrida, poco usual. Todos los platos de esta serie son elaborados por el chef Daniel Benites, quien ha cuidado cada detalle de la carta para asegurarnos una lujosa estancia.
Nuestro viaje inicia con un «Mise en bouche» ligero, que alberga en sí mismo el sabor y la alegría de la selva. Se trata de un «flatbread» amazónico, de masa liviana, delgada y crocante cubierta de láminas de cecina regional, arúgula del huerto y aceite de sacha culantro para prolongar las notas tropicales en el paladar. Este aperitivo se acompaña de un «confit de cocona», la fruta cítrica característica de la amazonía.
En el primer tiempo, el chef Benites nos deleita con un «Maduro Gratinado», que consta de platanito maduro asado a baja temperatura y gratinado con un mix de quesos. Viene maridado con un vino blanco «Sauvignon Blanc» de la bodega californiana Dark Horse, el cual resalta por sus notas cítricas y buena acidez. El sabor salado del queso acompañado de la dulzura del platanito, genera un buen contraste. El plátano se rodea de sus sabores frutales, adquiriendo mayor presencia en boca; lo que nos da como resultado un maridaje muy agradable.
El siguiente plato fue uno de mis favoritos. «La Causa del Paiche», bolitas de papa amarilla bañadas de miel amazónica de cocona. Se sirve acompañado de chalaquita de cocona y ají charapita que, combinados, levantan el sabor de unas exquisitas láminas de un paiche al panko. El vino que lo marida es un «Chardonnay» de la bodega Barefoot, de sabor dulce, cítrico y acidez moderada. Tiene notas frutales de manzana verde y un aroma sutil a vainilla. Combinado con la comida, otorga un maridaje redondo; puesto que armoniza las intensidades de los elementos en el plato junto con las intensidades cítricas y grasas propias de la bebida en cuestión.
«La Mariposario» ofrece una «Pasta Rellena con salsa Velouté de Cúrcuma»: centro hecho de puré de plátano maduro y carne de cecina; bañados en salsa ligera de cúrcuma y queso parmesano. Este plato se monta con tierra de cecina, unas gotas de aceite de achiote y ají charapita. El vino con el que se acompañará este plato es un «Cabernet Sauvignon» de la bodega William Hills, que proviene de una de las mejores zonas de Napa Valley. Armonioso y estructurado, de sabor seco, por lo que es ideal para equilibrarse con la cecina sin que su sabor predomine en el plato.
El segundo fondo es el «Rissoto Afuanado»: ajíes dulces amazónicos acompañados de rollitos de pollo ahumado rellenos de carne de cecina. El complemento perfecto para este plato es un «Zinfandel» de la bodega Ghost Pines. Un vino de tonos terrosos y herbales que resulta ideal para el sabor ahumado del pollo. Al maridar con el rissoto, el sabor se profundiza, convirtiéndolo en una experiencia intensa y deliciosa debido a las hierbas aromáticas empleadas en el arroz.
Sin lugar a dudas, la experiencia en La Mariposario es una oportunidad que no debes desaprovechar. Por un precio de S/ 210 nuevos soles podrás probar los exquisitos platos de la carta, la propuesta nos invita a degustar la variedad de vinos californianos que están ingresando a nuestro país y que tienen mucho por ofrecer. Si lo que te apasiona es probar cosas nuevas, tienes una cita pendiente en este restaurante. Te aseguro que no habrá espacio para arrepentimientos.
Escribe: Fiorella Gómez (@fgmontufar_)
Fotografía: Milene Saravia (@andre.milene)