La situación de los músicos independientes en nuestro país afronta muchas dificultades y desequilibrios. No es un secreto que dicho sector se encuentra arrinconado entre la indiferencia estatal y la informalidad que esta genera. Se trata de un ámbito sumamente vulnerable que, como podría esperarse, exhibe sus limitaciones, deficiencias económicas y crisis organizacionales durante esta situación de incertidumbre que afronta el país.

Los músicos independientes dependen principalmente de las presentaciones en vivo, ferias, conciertos y festivales que realizan. En este sentido, el accidentado panorama impacto significativamente la música independiente, ya que las medidas de distanciamiento social evitan que dicho rubro retome sus actividades laborales por un tiempo indefinido. Esto con el fin de evitar el contagio en espacios con mayor aglomeración de personas.

Una encuesta realizada a nivel nacional por la Asociación Perua­na de Managers Musicales (APEMM) ha brindado cifras preocupantes sobre la situación de los músicos independientes: Al 80.9% de las personas encuestadas (sobre un universo de 759 organiza­ciones/proyectos musicales) le será imposible cubrir sus gastos sin los ingresos que las actividades suspendidas generaban, mientras que el 60.8% fue incapaz de cubrir la canasta básica familiar durante el primer mes del aislamiento social.

Por otro lado, el 64.7% de los encuestados afirmó que vive y depende exclusivamente de sus presen­taciones musicales y el 55.8% declaró no estar afiliado a ningún sis­tema de salud. De igual manera, es importante resaltar que las pérdidas económicas de este sector rodean los dos millones de soles hasta el día de hoy. Cifras que seguirán en aumento conforme pasen los días.

Por esta razón, la Asociación Perua­na de Managers Musicales ha dispuesto una serie de me­didas para aliviar y reactivar el sector. Entre otras cosas, proponen reestructurar los estímulos económicos para la Cultura, promoviendo la creación de un Fondo de Proyectos de Capa­citaciones y con fines organizacionales: la gestión cultural y difusión digital. Asimismo, la compra y difusión de contenidos digitales con artistas peruanos. Como medida final, se propuso optimizar las condiciones para la formali­zación del sector, por ejemplo, mediante asesorías personalizadas sobre la legalidad y temas tributarios.

La presente en­cuesta grafica alarmantemente a un sector vulnerable y fuertemente afectado por la crisis sanitaria que afronta el mundo entero. Se trata de un sector independiente que depende de la aglomeración de personas, factor que precisamente se busca evitar. En este sentido, es necesaria la intervención inmediata de instituciones competentes, para apoyar y optimizar a un sector tan importante en el desarrollo humano y cultural de las personas.

Escribe: Renatto Luyo