Recientemente, tuve la oportunidad de ver la tan esperada película Blue Beetle, la primera en presentar a un superhéroe latino en el Universo Extendido de DC. Antes que nada, debo decir que me gustó. ¿Por qué? Es entretenida, rápida y sigue la fórmula clásica. Aunque es predecible, disfruté mucho viéndola. Pero, ¿qué la hace especial? Una de las cosas que realmente destacan en Blue Beetle es la música. La elección de utilizar el tema «Demolición» del grupo nacional Los Saicos, estrenada en 1966, es un toque genial que conecta con el público peruano y añade una capa de nostalgia a la cinta. La música puede ser un elemento poderoso en el cine, y aquí se usa de manera efectiva para sumergirnos en la experiencia.
Otro aspecto que me conmovió profundamente fue la conexión entre padre e hijo. Las relaciones familiares en el cine de superhéroes a menudo son un punto de enfoque y en Blue Beetle esta conexión se presenta de manera conmovedora y genuina, llevándome incluso a las lágrimas en algunos momentos. Sin embargo, Blue Beetle no es un filme perfecto. Aunque es mejor que algunas de las entregas recientes del Universo DC, no logra alcanzar la altura que esperaba. La trama a veces se siente básica y superficial, y si entras al cine sin conocimiento previo del personaje, es posible que te sientas perdido en cuanto a sus poderes y la historia en general. La película parece estar más interesada en hacernos simpatizar con los personajes que en profundizar en su mitología.
En términos de representación cultural, Blue Beetle deja algunas preguntas sin respuesta. Si bien es un intento de celebrar las raíces latinas del personaje, a veces parece más una apropiación cultural que una representación auténtica. Las bromas pueden caer en terreno incómodo, oscilando entre reírse con los personajes y reírse de ellos. Esto plantea cuestiones sobre quién tiene el derecho de contar ciertas historias y cómo se deben abordar las representaciones culturales en el cine. La cinta también podría haberse beneficiado de escenas de acción emocionantes y un villano más intrigante. Las peleas son eficaces, pero breves. El villano carece de profundidad y presencia en pantalla. Esto hace que la película se sienta un tanto desequilibrada en términos de conflicto y acción.
En resumen, Blue Beetle es un filme que brilla en comparación con algunas de las entregas más recientes del Universo DC, pero en última instancia se queda en un plano genérico y superficial. Aunque es una experiencia simpática y entretenida, no logra dejar una impresión duradera y se pierde en la multitud de estrenos heroicos. Es un paso en la dirección correcta en términos de diversidad y representación, sin embargo, todavía hay margen para mejorar y profundizar en la historia y el personaje de Blue Beetle en futuras entregas.
Escribe: Renato Vinatea (@renato_vinatea)