Mera de la Rosa es de aquellas mujeres que con tan solo verla desde lo lejos llama la atención. Esta guapa dominicana llegó hace 20 años para quedarse y su historia con el arte es digna de contarse.

A lo largo de todos estos años mucha gente de otros lares le han preguntado ¿Qué haces en Perú? y ella siempre contesta: “Si vivieras en este país… entenderías que hago ahí”. Tuvo la oportunidad muchas veces de irse, pero siente que la vida aquí es más rica a pesar de las diversas dificultades que se puedan presentar.

Desde pequeña llamaba la atención. Le decían que tenía que modelar, pero no le interesaba en absoluto, solo le importaba el deporte, además en ese tiempo mucha gente consideraba el modelaje algo para chicas tontas o que no habían estudiado. La descubrieron cuando tenía 14 comprando ropa en el centro comercial donde su mamá tenía una peluquería. Fue la pareja de modelos top de esos años, Edith Tapia y Richard Dulanto quienes la vieron. Al principio les dijo que no, pero como su madre era estilista los conocía y juntos le pidieron que estudiara en su escuela y que cuando empiece a modelar le iban a pagar.

Mera siempre ha sentido inclinación por las artes escénicas: la actuación, la danza y la música. Pero su mamá no creía en esas cosas y quería que estudie una carrera seria y lo más cercano que estuvo de esas artes era el modelaje. Al poco tiempo se enamoró de ese mundo, las fotos, la pasarela y todo lo que hay detrás de un diseñador. Estuvo modelando hasta hace unos años, pero siempre estará ligada a la moda porque ahora la llaman como personaje más que como modelo.

Fotos: Nick Gutierrez

Y es verdad Mera es todo un personaje, su amplia sonrisa, su grave voz y su forma de vestir no pasa desapercibido, así como su nombre que no es artístico es real. “Es muy importante separar a la persona del personaje, y no porque piense diferente que yo, sino porque hay lugares donde tienes que comportarte de una o tal manera. No camino en la calle como si estuviese en el escenario o digo algo como si estuviese en una posesión privilegiada. Cuando soy el personaje sigo siendo una persona normal”.

Con el dinero que empezó a ganar con el modelaje se inscribió a clases de baile, dejó la universidad (estudiaba psicología) y empezó a seguir sus sueños, entre ellos la música que siempre formó parte de su vida. Pero no cantaba porque nunca tomó clases de canto (hace poco decidió hacerlo). “Entonces, me dije: no canto, pero escribo. Voy a rapear, hacer hip-hop”.

Fue gracias a un amigo suyo, el músico Andrés Parodi que le hizo su primera pista y  al padre de su hijo, el rapero Mirko Gardini que grabó su primera canción. Descubrió así que eso era realmente lo suyo. Actualmente está trabajando con una reconocida productora peruana una serie de remakes, experimentando para dar origen a las cosas que quieren hacer: canciones para bailar. “Yo soy rapera, me gusta la música consciente (como se le dice), pero también soy bailarina. En estos momentos la música que quiero hacer es para bailar, aunque tenga que decir una sola palabra”.

Al tiempo de esta grabación Mera estuvo de invitada en uno de los programas de “Prueba de Sonido” de Lucho Quequezana porque alguien del programa la vio rapeando. La llamaron, lo hizo muy bien, y fue así que se quedaron con su imagen de rapera. Posteriormente, pensaron en ella para que sea uno de los conductores de un nuevo programa musical, hizo su casting y lo pasó. Luego se enteró que hicieron el casting muchas personas. Ser la imagen de un programa musical le encantó y le sacó todo el provecho que pudo.

Fotos: Nick Gutierrez

Multifacética, también ya participó de una puesta en escena de danza como parte de las actividades por el Bicentenario del país. Llegó ahí también por un casting y fue especial porque tuvo que ser de sí misma, era la rapera, la mujer de voz fuerte que hablaba directamente de la conciencia, de la mujer luchadora. Lo que más le gustó de la obra “Bicentenaria” fue que era una propuesta feminista donde le dieron libertad de jugar con el guion en el momento de rapear. Sus letras denotaban el poder femenino, el cual se desborda en su piel.

Empoderamiento, igualdad, respeto, lucha contra la violencia son algunos de los temas que enarbola como artista y como mujer. Se considera feminista, porque lucha por la igualdad de los derechos. Así es Mera de la Rosa, luchadora, desinhibida, carismática, genuina que escucha de todo desde blues, rock, pop hasta salsa y cumbia porque sabe que es importante que aprender de todo incluso de lo que no nos gusta. Y nosotros sabemos que tendremos Mera para rato en esta cuarentena y después de ella.

*Periodista, editor de Cocktail