Siempre que pensamos en vinos, evocamos a Francia, España, Italia, Sudáfrica, Chile, Argentina y Estados Unidos. Sin embargo, hay países que tienen buena producción de vinos pero que, usualmente, no figuran entre las alternativas de viajes. Este es el caso de Moldavia, ubicado en Europa del Este, entre Ucrania y Rumania.

Para llegar a aquel destino, decidí tomar un tour en Premier Travel desde Lima. La visa se tramita online y es uno de los destinos más económicos de Europa. Hoteles de alta gama pueden costar alrededor de US$100 A US$140 dólares la habitación. Las comidas son muy baratas y no superan los 8 a 12 dólares por persona.

Chisináu, la capital de Moldavia, es una ciudad dedicada a Stefan. Muchos parques, avenidas, billetes, están dedicados a su figura. Se puede pasear por la avenida Stefan Cel Mare, el parlamento, ver los numerosos parques que adornan la ciudad, y apreciar el Arco del Triunfo, que está al frente de un parque donde se ubica la catedral ortodoxa de la Natividad.  

Sin embargo, lo mejor de Moldavia es poder salir de la capital para visitar una de las vinacotecas más grandes del mundo: Milestii Mici, la cual tiene el récord Guinness por poseer la mayor colección de botellas del mundo (2 millones de botellas). Este paseo en una cueva subterránea, que mantiene entre 85% a 95% de humedad y 12 a 14 grados de temperatura, termina con una degustación de vinos moldavos.

Otro destino infaltable es Cricova, la segunda bodega más grande del mundo, en donde destaca su espumante rosé. Estas rutas subterráneas datan del siglo XV. Cricova es famosa por la calidad de sus vinos. Además, grandes personalidades han tomado una pequeña área para conservar sus colecciones personales.

Posterior a la degustación de vinos, nos dirigimos a Old Orhei donde apreciamos un complejo arqueológico de la época de los Tracios. En esta zona, destaca una iglesia en roca, la cual es imperdible si es que buscas conocer lugares distintos. Esta zona fue parte de la ruta de la seda. Está dentro de la cueva Peshtere, y cerca de Butuceni. Este pueblo posee coloridas casas que, en muchos casos, sirven como eco-resort y en donde vale la pena quedarse para gozar de un placentero descanso.

Moldavia tiene una zona que se encuentra en litigio, pero que es seguro visitar: Tiráspol. Esta zona está poblada por descendientes rusos. Asimismo, tienen un gobierno regional autodenominado República de Transnistria, la cual no tiene reconocimiento internacional. Al llegar, da la impresión de encontrarse en la Unión Soviética, debido al uso de simbología como la hoz y el martillo, y estrellas rojas. Ello a pesar de que no tienen un sistema comunista. En Tiráspol, uno de los atractivos es la estatua de Lenin. A las afueras, en la ciudad de Bendery, se observa una fortaleza otomana de más de VI siglos de antigüedad. Si tu intención es disfrutar de un lugar peculiar, este país no te va a defraudar.

Ir a Moldavia es recomendable si estás de camino a Rumanía y Ucrania. Visitar estos países es una excelente experiencia para salir de la clásica Europa Occidental a la cual estamos acostumbrados a ver en los medios.

Escribe: Carlos Delfín Altamirano