Pancho Cavero no quiere ser solo el veterinario de televisión, por ello se ha propuesto ser un agente de cambio para el medioambiente. Su filosofía de vida es la de agradecer y trabajar en equipo, sin lugar a egoísmos. Conozcámoslo más allá de la pantalla.

El amor por los animales y el respeto por el medioambiente es un proceso de concienciación largo. En eso tiene experiencia el veterinario Pancho Cavero, tras pasar doce años en el sector de la comunicación. En el Perú ha sido la imagen de los más inocentes que, afirma, «necesitan de nuestra ayuda». Hoy su visión va más allá, quiere dar a conocer la importancia de una salud única en la que los veterinarios tomen relevancia.

Los sueños cambian, y con ellos las metas y logros. «Cuando empecé la carrera de medicina veterinaria, mi sueño era ser el mejor médico veterinario del mundo», nos cuenta. Pero por el camino se cruzó la comunicación y ahora busca reconocimiento para su profesión, sin dejar de lado las operaciones y la atención en clínicas.

Que se cruzaran la veterinaria y la comunicación fue, en parte, fortuito. Siendo hijo de un reconocido veterinario, era mucha la presión que llevaba a sus espaldas para no defraudar. Ahora, él tiene tres hijos para los que quiere ser un ejemplo, como lo fue su padre. «Deben aprender a cuidar a los animales, que son seres indefensos», y en eso la comunicación ayuda bastante.

Culminar la carrera universitaria fue algo tedioso que le llevó años. «Toda la vida he sido medio disperso, inquieto», y es precisamente esa inquietud la que le hace perseguir sus sueños e iniciar nuevos proyectos en pro de la sociedad.

Para Pancho, la vida es un camino en el que aprendes y creces. Ahora, afirma, está en una etapa filosófica y cree que la clave está en ayudarse, agradecer y trabajar en equipo. En su programa de televisión, por ejemplo, se habla de una única salud en equilibrio, que integre medio ambiente, personas y animales.

La pandemia es el claro ejemplo de lo que puede ocurrir si este equilibrio se rompe. «Lo que ocurrió en Wuhan se debe a que ahí trafican con animales silvestres, se enferman y venden la carne para el consumo», explica. Pero no pensemos que China es el único país que presenta estos puntos potencialmente peligrosos. En sus redes sociales denunció la venta de carne de mono en el mercado de Belén, Iquitos. En varias partes del mundo encontramos esta situación.

«El problema del mercado negro de animales exóticos nos llevó a este contexto», dice de manera contundente. Y, por eso, insiste en la necesidad de colaborar como comunidad para erradicarlo si no queremos que la historia se repita.

En su afán por un mundo más equilibrado, inició, junto con su equipo, el #NegritoPlásticoChallenge. Un proyecto ambicioso que se está desarrollando desde hace años y que ya ha visto sus primeros rayos de luz. En esta localidad costera que antes estaba repleta de plásticos, como muchas partes del norte del Perú, se ha conseguido crear conciencia y reducir la basura. Hay toda una generación trabajando por el cambio, con el fin de ser un ejemplo para el resto del país. Para Pancho, este es el mejor legado para sus hijos.

Su labor y proyectos no acaban en la red de franquicias veterinarias que está abriendo o en el actual programa de televisión, pues también cuenta con dos libros. El último de ellos fue lanzado en pandemia para ayudar a la gente en la relación pandemia-mascotas. Pancho observó que no había literatura al respecto y su mente inquieta decidió lanzar «Veterinario, literalmente, en casa«, un libro que busca ser de ayuda ahora y en el futuro.

Pancho Cavero es un hombre que quiere estar en consonancia con el medioambiente y cada elemento del planeta Tierra. Cree en la buena vibra y la importancia de atraer los cambios positivos, centrándose en el presente y mirando hacia el futuro. 

Escribe: Paula Barriga Pérez