De cada diez cervezas que se venden en el mundo, nueve de ellas pertenecen a la rama Lager. Dentro de este grupo destaca el estilo Pilsener; especialmente en nuestro país, uno de los que más la consume ¿Por qué ha alcanzado la cima de la popularidad?
La travesía inicia con Federico Bindels, un inmigrante alemán que llegó al Perú en 1863 para fundar la Cervecería Pilsen en la antigua Calle Lima del Callao. «A finales del siglo XIX se volvió una moda, pues las lagers empezaron a dominar el mercado mundial por su baja fermentación y un color dorado cristalino nunca antes visto. También influyó la aparición de los vasos de cristal, en los que se podía apreciar el líquido en su totalidad», asegura el juez cervecero, José Alberto Castro.
Son muy difundidas pese a que cada una tiene su propia personalidad. No obstante, presentan un factor común: bajo amargor y refrescante. Están diseñadas para eso; no para impresionar en cuanto a complejidad, intensidad de aroma y sabor. «Se desmarcan de las originales elaboradas en República Checa en 1842 o las importadas en Alemania durante los 70s. Según los hechos históricos, Bindels se habría basado en la receta checa cuando pisó tierras incas», agrega.
Los peruanos somos cerveceros por excelencia y no cabe duda de ello. Sin embargo, siempre hemos estado ligados a este estilo en particular. Quise averiguar los motivos que nos llevaron a ello, por lo que probé dos presentaciones provenientes de distintas firmas; las cuales se apartan del concepto industrial al que estamos acostumbrados. El resultado, por supuesto, fue mejor de lo esperado. Acudimos a «Hops»; el bar pionero en cervecería peruana (General Manuel Vivanco 785). Su Pilsen simplemente es inigualable. En nariz se perciben notas cítricas y aromáticas que proceden del lúpulo. Al momento de probarla es de cuerpo ligero, bastante bebible, de sabores complejos, con tonos redondeados de malta. El amargor es perceptible, pero no tiene un borde duro y el retrogusto resulta limpio.
«Molemos la malta a 50 kilos por hora. Se humedece el grano con el fin de que no haya mucho polvo, pasa a la olla de maceración por un tiempo y a una temperatura determinada; hervimos y colocamos lúpulos nobles», menciona Luis Vilchez, cervecero de «Hops». Luego viene la ebullición, además del enfriamiento para colocar la levadura. Finalmente, se ubican en los tanques de fermentación y, una vez que esto termina, bajan la temperatura en dos tiempos. El tiempo mínimo de maduración le otorga el color cristalino y dorado que despierta nuestra atención.
Este estilo es el más conocido en el mundo, un verdadero clásico. Realmente debo admitir que lo que ofrecen aquí supera las expectativas. No en vano su producto insignia fue galardonado hace tres años como la mejor cerveza en la Copa Latinoamericana. «La economía de escala también influye, pues hacer 100 litros cuesta 1 sol, mientras que, en las artesanales, 1 litro se traduce en 4 o 5 soles. Las personas prefieren lo que tienen al alcance, el grado alcohólico es de 4 a 6º, puedes disfrutarla sin saturarte y no te embriagas», apunta Franco Cruz, maestro cervecero y fundador del bar.
Por otro lado, «Almirante Brewing» nació en el 2016 en el distrito de Punta Hermosa. Es una cervecería enfocada en cervezas lupuladas y ediciones limitadas bajo constante experimentación. Gracias a ello, sus productos son acreedores de 21 medallas. Esta excelencia no pasa desapercibida, por lo que quise degustar una de sus presentaciones bandera: «Happy Pils», una Pilsener con las mejores maltas alemanas y lúpulos nobles (saaz y saphir).
Tiene mucho carácter, balance floral y herbal, con un ligero toque cítrico que cautiva el paladar. Esta cerveza enlatada de 473 ml y 5% de ABV, se caracteriza por ser refrescante, potente, totalmente bebible. La disfruté de principio a fin. «Nosotros usamos únicamente las mejores maltas alemanas (Weyermann). Controlamos los perfiles de cada una de las cervezas y esta no es la excepción», revela Franco de Tramontana, «head brewer» de la firma. Asimismo, buscan una base de agua suave para la fermentación y luego la filtran. Después entra al tanque de maduración en frío, donde se realiza el famoso ‘lagering’ hasta que deciden sacarla al mercado.
Ya sea por el factor económico, el sabor, el efecto visual u otros; las cervezas Pilsener explotan en popularidad. Pasarán los años, décadas y siglos; pero estas siempre estarán en el radar. Si gustas sumergirte en este maravilloso estilo, «Hops» es una excelente opción al igual que «Almirante Brewing». Considero que, con eso, cerramos las alternativas. Después de probar ambas presentaciones, para mí no hay más en la lista.
Escribe: Valeria Burga (@valeria.burga26)
Editora General