El modelo de negocio del pisco fue mutando con el pasar de los años, sobre todo, para los que tienen bodega y viñedos. Hasta hace algunos lustros bastaba con colocar en el mercado un buen destilado y un branding compacto. Hoy, sin embargo, esto es parte de un todo, ya que lo que se está valorando como pieza de engranaje para el crecimiento es la fidelización de la marca a través de lo vivencial; es decir, apostar por el enoturismo como unidad de ingresos y como plataforma de captación, también, de nuevos clientes. Aún son pocas las empresas que tienen este concepto bien desarrollado. Algunas se afianzan de una “ruta del pisco” en zonas como Ica, Lunahuaná o Arequipa. Otras, por su parte, han ideado un proyecto sólido y bien estructurado, como en el caso de la Bodega Moquillaza Robatty en Tate (Ica), quienes en pocos meses tendrán un recinto que podrá atender a turistas con todas las comodidades.

Antes de profundizar en el proyecto en si, hay que destacar que esta bodega data de 1821 y es la más longeva de la zona (Tate, al sur de Ica). Actualmente está en manos de la quinta generación de la familia Moquillaza Robatty: Claudia, Gabriela y Fátima, jóvenes empresarias que vienen construyendo su propuesta con identidad sólida. Esta firma, para seguir con la tradición, siempre estuvo ligada al emprendimiento femenino. La empezó Etelvina, la que vendría a ser la tatarabuela de la familia, por ello la línea de mostos verdes – lo top – lleva su nombre. También está Rosa Victoria, hija mayor de Etelvina, que da toda la personalidad a la línea de mistelas (tiene un empaque elegante y está muy bien hecha. Producto top), y Francisca, que será para los vinos (en pleno desarrollo). Y se preguntarán por Don Reynaldo, bueno, el vendría ser el nieto de Etelvina y padre de la quinta generación. Todo queda en familia.

La bodega en sí está organizada de una forma que es fácil de desplazarse y es funcional para fines de producción. Cuenta con una sala de cata, están por abrir un bar con terraza encima de esta sala, y una zona de esparcimiento con bungalows (de quincha con barro) para los visitantes junto al ingreso de toda la propiedad. Se trabajará con energía solar para ser consecuente con el medio ambiente, se colocarán unos hornos artesanales para los huéspedes. Toda la propiedad es de tres hectáreas, lo que permite poder desarrollar estas ideas. Se piensa tener un área de eventos, con 21 pecanos que den sombra, una capilla por si algún cliente quiere casarse en la bodega. En la zona de eventos, por otro lado, se levantará un bar. Adicional a esto, se piensa desarrollar el mango deshidratado para coctelería y aceite de pecanas. El vinagre de cachina es otra idea que ronda la cabeza de los Moquillaza Robatty.

Destilan en un alambique de 800 litros, todo a leña, lo que le permite mantener el control de la cocción de los caldos. Detrás de los fuegos está Don Ramón Leyhuac Masco (82), que desde los 15 años logra los espirituosos en esta bodega. Su mentora fue la propia Rosa Victoria, la abuela de la casa. Producen en total unos 30 mil litros de pisco, manteniéndose en los parámetros de piscos boutiques. Solo trabajan con aguardientes de quebranta y torontel para todas sus líneas. Además del acholado. Las 23 hectáreas de viñedos que tienen en Santiago, más al sur de Ica, les abastece de estas cepas para sus piscos. Aunque acaban de descubrir que tienen otras cepas en su fundo Cinco Piedras, lo que mayor tienen plantado son las uvas antes mencionadas. Los premios obtenidos hasta la fecha por sus piscos son medalla de oro Concurso de Nazca 2017 para el Etelvina, medalla de oro regional 2017 en el Concurso Nacional del Pisco para el Don Reynaldo Quebranta, medalla de oro en Concurso Nacional de Pisco para el Don Reynaldo, y la medalla de oro internacional CINVE 2018 en  España, para el Don Reynaldo Quebranta.