¿Se puede comer rico sin ninguna culpa? Además de disfrutar de un exquisito bocado, en Limaná podemos encontrar lo necesario para una vida plena y saludable. Equilibrio, sabor y sostenibilidad forman parte de la propuesta.

Han pasado 30 años desde que Ana Belaunde decidió volverse vegetariana y, como muchos miembros de esta comunidad, ha vivido en carne propia la dificultad para encontrar alimentos adaptados a su estilo de vida en múltiples restaurantes. Para las personas que llevan en su rutina una dieta alternativa como esta, lo más usual es conformarse con pedir alguna ensalada de la carta mientras sus acompañantes tienen miles de opciones más sabrosas y apetecibles. Si eres de las personas que todavía piensan que comer sano es igual a perderse las delicias de la gastronomía, Cocktail te presenta a Limaná, el restaurante que debes visitar antes de que se acabe el año.
Existe una frase muy popular que dice «eres lo que comes» y para tener la imagen saludable que añoramos tenemos que apartar de nuestra dieta todos los agentes que intoxican el organismo. En palabras de Ana o «Anita» como la conocen sus amistades, la hora de la comida es un acto de amor propio, una manera de mimar nuestros sentidos con aromas, sabores y colores diseñados a fin de brindar placer sin sentir culpa alguna.
«Limaná es una manera de unir mis tres pasiones y enseñarle a la gente cómo comer sano y rico», explica la gerente y propietaria del restaurante. A pesar de que la arquitectura exterior se muestra reservada y minimalista, al ingresar nos encontramos de primera con un ambiente cálido que invita a la relajación. Actualmente cuentan con tres espacios que conviven entre sí y que fueron diseñados arquitectónicamente para ser iluminados por la luz natural del día. Estas propuestas son el restaurante, cafetería y una barra muy bien compuesta con coctelería de vanguardia.
Si hay algo que caracteriza a este lugar es el cuidado y detalle que ponen a todos los insumos que utilizan. Chocolate orgánico, vegetales y hierbas aromáticas cultivadas en el propio huerto de la casa e, incluso, una importante selección de vinos ecoamigables son algunos de los insumos que reinan en esta casa gastronómica. En tu futura visita a este recinto, es imprescindible probar la famosa «Ensalada del Bosque», una sublime combinación de espinacas baby, mix de lechugas, uvas, que le aportan el toque dulzón, miel de trufa, queso de cabra y un praliné de almendras que no tiene pierde en lo absoluto. Los postres son una locura. Pregunten por el «Soufflé de Chocolate», hecho con chocolate bitter, huevos orgánicos de gallinas criadas libres, azúcar de coco, salsa de chocolate y un exquisito helado de lúcuma vegano que impresiona por su cremosidad.
Otro detalle peculiar dentro de la carta, y que no he encontrado en ningún otro restaurante de Lima, es que cuentan con una mini carta diseñada para mascotas. Limaná es pet friendly y lo demuestra incluyendo una selección de alimentos aptos para que las mascotas no se sientan excluidas mientras nos acompañan a la hora de comer. Entre estos alimentos encontraremos bowls de zanahoria, zucchini y hasta croquetas hechas con camote o manzana y avena.
En la cafetería, el ritmo es más pausado y presentan una amplia gama de productos para llevar a casa, así como bocadillos pequeños hechos con cuidado y sin ningún producto refinado. Toda la despensa excluye al azúcar convencional de sus preparaciones y la reemplaza por sustitutos como el azúcar de coco. Además, podemos encontrar los llamados «Super Lattes», que consta de cuatro bebidas deliciosas que nos llenan de energía por sus insumos altamente nutritivos. Estos son el Golden latte, hecho con cúrcuma; Black Carbon Latte, con un compuesto de carbón activado; Blue Matcha Latte, con Miami ice y butterfly pea; y el Green Spirulina Latte, con un aditivo de espirulina.
Finalmente, para culminar la experiencia uno debe pasar por su barra que se rodea de un ambiente cálido. Aquí hallamos opciones de coctelería y también bebidas sin alcohol, o mocktails, que se trabajan para no perder el encanto de un cóctel tradicional. Asimismo, en esta zona y en todo el restaurante se trata de reducir los residuos al máximo para minimizar su impacto en el medio ambiente. Propuestas como Limaná encantan por la pasión que se esconde detrás de quienes lo dirigen. Si necesitas rodearte de energía positiva y reencontrarte con la naturaleza, sentarte en la terraza de este restaurante es la actividad perfecta para una buena tarde contigo mismo. Encuéntralos en Av. Augusto Pérez Araníbar 2011, San Isidro 27.
Escribe: Fiorella Gómez