Andrea Hoyos, la cineasta peruana más joven en filmar una película, nos revela detalles exclusivos de su primera cinta. «Autoerótica» se estrena este 03 de marzo y busca derrumbar el conservadurismo social que afrontan las mujeres en la actualidad.
«Hecha por y para mujeres» es la frase que describe, en pocas palabras, el primer filme de Andrea Hoyos; una joven cineasta que encontró en el séptimo arte la vía idónea para reconstruir los cimientos de una sociedad inmersa en estereotipos. Ahora, con mucha más confianza y llena de expectativas, vive la adrenalina del próximo estreno de aquel proyecto que inició a sus cortos 18 años.
Desde pequeña, dedicarse al rubro artístico estuvo muy presente en sus pensamientos. La fotografía, la escultura y la literatura fueron algunas de las carreras que anhelaba estudiar; sin embargo, el descubrimiento del universo cinematográfico terminó por convencerla. «En el colegio conocí a una profesora apasionada por el cine. Ella me compartió diversas películas y cortometrajes. A partir de entonces empecé a grabar mis poemas y otras cosas más que nunca volví a ver», comenta con una sonrisa en el rostro.
Al principio pensó que su decisión quizá era un poco ingenua. «¿Qué vas a hacer con tu vida?», era una pregunta constante que le hacían sus padres. No obstante, siempre tuvo el apoyo de ambos. Estudió Dirección de Cine en la Escuela Peruana de la Industria Cinematográfica (EPIC) en Lima. Su experiencia fue enriquecedora desde el primer día pues, junto a sus docentes, presenció de cerca todo lo que involucra un largometraje. Siguiendo esa misma línea de aprendizaje, llevó a cabo un curso de Dirección y Realización en New York Film Academy.
Nunca imaginó que a tan corta edad sería acreedora de reconocimientos importantes. El primero de ellos lo obtuvo en el 2016 con el documental «Azul y rosado», luego de conseguir el galardón EPIC a Mejor Documental. Un año después, dirigió el cortometraje «Arrecifes». Gracias a ello, no solo recibió el premio del Ministerio de Cultura (DAFO), sino que pudo usar el dinero obtenido para realizar el teaser de su primer largometraje. «El hecho de realizar un proyecto con un estímulo como este, significó una tranquilidad inmensa», señala la joven de 26 años.
El largo camino que atravesó la película para llegar a donde está ahora, resulta satisfactorio. Durante el proceso, los cambios fueron diversos. Nació bajo el nombre de «Los garabatos de mi mamá» y con una historia muy distinta a la que veremos este 03 de marzo. La esencia siempre permaneció. Hoyos nos revela que escribió el guión siendo fiel a sus creencias, su postura política y social, y la forma en cómo ella aprecia la vida. «Fue difícil porque uno busca que esto no sea algo tan panfletario, de lo contrario, quiere que se pueda entender que hay una opinión de director o directora tras bambalinas. Todo ello dentro de las sutilezas», reconoce.
A sus 23 años dirigió todo un equipo integrado por, aproximadamente, cuarenta personas; en su mayoría mujeres. Conseguir al personaje principal no era problema. Desde el primer momento en que vio a Rafaella Mey, supo que ella sería la que interprete a Bruna. Con esta cinta, Andrea espera que se pongan sobre la mesa diversos temas tabús, como el despertar sexual de una adolescente dentro de una sociedad conservadora. «Se te cruza alguien por la calle que puede ser tal cual la protagonista. Mucha gente podría ser Bruna en este instante. Creo que la empatía nos puede llevar al menos a un debate o una conversación y, para mí, eso ya es un punto de partida», remarca.
Todo esfuerzo trae consigo una recompensa. «Autoerótica» obtuvo una mención especial en el Festival de Cine de Lima. «Lo considero bastante conmovedor y también esperanzador, porque te hace pensar en que la película puede tener vida por distintos lugares», señala. Esto no termina ahí, ya que la cineasta viene trabajando en la participación de su filme en diversos festivales. Además, mira con ilusión llegar a las plataformas de streaming y dar a conocer esta historia.
Actualmente, es docente de la EPIC y se encuentra trabajando en un próximo proyecto audiovisual. Considera que la industria del cine peruano necesita mayor inclusividad y descentralización. Por ello, pide a los alumnos que exijan la presencia de docentes mujeres y miembros de la comunidad LGBTIQ+, a fin de que la visión que recojan en las aulas sea más amplia. Andrea se despide dirigiéndose a las mujeres y a todo aquel que quiera dedicarse a este arte. «No es fácil, pero sí se puede. Si tienen una pregunta o duda, mi experiencia y yo estaremos dispuestas a responder cada una de ellas», finaliza.
Escribe: Valeria Ortega (@valuzort)