Cubano de nacimiento, pero con el corazón pintado de rojo y blanco. Tiene como máximos referentes a sus padres en la actuación y agradece que su mejor escuela hayan sido los sets, los directores y las cámaras. Javier Dulzaides está por entrar nuevamente en escena y buscará deleitar al público.

El confinamiento develó sus habilidades para la cocina. Las circunstancias lo impulsaron a realizar cosas para las que ni él mismo sabía que era capaz. Pasó de estudiar arquitectura y considerarse un muchacho tímido años atrás, a protagonizar papeles importantes en producciones nacionales de indudable éxito.

Incursionar en la pantalla chica fue forjando su carácter. Sus padres, Antonio Dulzaides y Maryloly López, lo apoyaron íntegramente cuando decidió estudiar comunicación y lo orientaron en su primer papel en la serie Avenida Perú. Gracias a este cambio, Javi se dio cuenta de que el mundo es un pañuelo, pues su carrera lo ayudó a conocer más acerca del universo de la actuación.

Sus días como alumno en la Universidad de Lima sirvieron también para que ensaye antes de partir a grabar. Cursos como Técnicas Audiovisuales o Taller de Video representan los pininos que tuvo como actor. Desde luego, en casa no dejaba de recibir diversos consejos y recomendaciones. Era necesario saber que detrás de la pantalla chica hay horas de preparación y esfuerzo. No siempre recibiremos un “sí” por respuesta, y ante ello hay que aguardar con ansias un próximo casting, como si fuera la primera vez.

Javier menciona que muchas veces ha recibido comentarios de gente que dice que aparecer en televisión no es sencillo, a lo que él responde: “así es la vida”. La clave está en no desistir, porque es allí donde fallamos. Esto aplica para cualquier profesión. Dulzaides en el colegio sintió una inicial atracción por las tablas sin saber lo complejo que sería ingresar al mundo del “hoy estás y mañana no estás”. Por ello, hoy en día lo vemos en plataformas como Tik-tok y se produce igual que en los camerinos. Está decidido a enamorar la cámara.

Los retos que ha afrontado temporada a temporada han ido aumentando en cuanto a dificultad. Llegar a una serie como “Al fondo hay sitio” y encontrar una verdadera familia puede poner nervioso a cualquiera. Pero para eso están las familias, para integrar a nuevos miembros y hacerlos entrar en confianza. Saben que al final todo es un beneficio colectivo.

Cataloga “Ven, baila, quinceañera”, donde se desenvolvió como el villano de la serie, como el máximo desafío. Para ello, todo el equipo le recomendó indagar diversas referencias en las que se pueda apoyar, lo cual no significó una gran tarea, debido a que Javier, nos cuenta, es capaz de todo para sentir y vivir el papel. Así ha logrado realmente personificar a Mauricio en esta producción.

No ha pasado mucho desde que Netflix se contactó con él con la intención de trabajar en nuevos proyectos. Para generar alta expectativa, no entra mucho en detalles sobre lo que se viene, desea que en esta oportunidad quedemos sorprendidos. Aunque por momentos pareciera que el sorprendido es él. El artista confiesa que la propuesta representa algo totalmente desconocido y lo aprovechará para seguir aprendiendo. Un actor tiene que pasar por mil y un cosas para sentirse curtido. Javi sabe que existe un mundo de herramientas por encontrar y desea ser dueño de todas ellas. Solo eso le permitirá gozar de la vigencia.

Escribe: Alex García