Chiara Roggero es dramaturga, publicista y escritora. Ha dictado talleres de redacción. También es autora de los libros «Lo que pienso de», «ABC del Perú» (nominado a los Premios Luces 2020) y «Solo se lo diría a un extraño».

La pandemia ha marcado un hecho inigualable en la vida de todos. Para bien o para mal, ha dejado huellas indelebles en nosotros. Es por ello que Chiara Roggero nos regala una compilación de cuentos íntimos, una morbosidad que todos guardamos y queremos gritar, una sensación que nos embarga y que quisiéramos plasmar. «Solo se lo diría a un extraño» es un libro escrito por veintiséis autores que nos cuentan lo más oscuro, lo más sublime, lo más propio. Cada historia tiene rasgos que conectan con los lectores. 

Regresemos al momento en que comienza a gestar la obra. Roggero encuentra en el contexto de la pandemia una forma de mantener su vigencia y de explorar nuevos horizontes. Las clases de teatro, escritura, arte y de todo lo que recorrió en su vida sirvieron para sumar y enrumbarse en el camino del taller de escritura que decidió dirigir.

Un simple tema lanzado es el recurso más importante para que Chiara y sus alumnos comiencen la clase. Los juegos, compartir cada historia y generar un debate interno, enriquecieron cada párrafo de los cuentos. Entre tantas dinámicas fueron surgiendo disputas entre el grupo de los miércoles y el de los jueves. En esa competitividad, la narradora vio la manera de implementar jurados evaluadores para que no surgieran interpretaciones de preferencia a determinado grupo logrando así que se unieran y formaran parte de este gran proyecto.

Dentro de los tantos alumnos del taller, se encuentran personajes representativos del país que también colaboraron en el desarrollo de la obra. Los colaboradores no sabían lo que les esperaría en el desarrollo de cada clase. Ninguno de estos personajes reveló sus profesiones. Todos eran escritores en el aula, incluso nos deja con la intriga de saber qué historia le corresponde a cada personaje. Las diversas miradas del mundo le dan picardía a la obra: un morbo más que aporta a las historias.

En la autoficción, la autora ha encontrado la comodidad para poder dictar un taller, la amplitud para pasearse en él desde distintas perspectivas. Desde su punto de vista como marketera, puede interpretar que el «gancho» del libro es el morbo, lo prohibido de las historias y el silencio del autor. Pero cuando uno tiene entre sus manos «Solo se lo diría un extraño«, encuentra en él la profundidad e intimidad de cada relato, la confianza para tener a nuestro alcance historias jamás contadas, lo que es mucho más importante. Se amplía nuestro panorama.

La expectativa nos embarga al saber que una posible secuela estaría en nuestras librerías favoritas, cada rinconcito de nuestra curiosa morbosidad estará atento a este posible proyecto. De los veintiséis escritores que colaboraron en la primera entrega, dos ya no se encuentran participando del taller, pero no cabe duda de que cada relato nos envolverá profundamente en esa intimidad tan propia de un desconocido. El material se encuentra en las librerías. También existe su versión de audiolibro, la cual nos permitirá adentrarnos en la intimidad de las voces. 

Escribe: Thais Gutiérrez (@thais_sqc)