Este 09 de agosto celebramos el «Día del Arroz con Leche», un postre que se degusta alrededor del mundo y que varía según cada cultura. Nosotros albergamos la versión criolla, pero en esta nota te traemos alternativas internacionales que puedes probar en Lima.
Un poco de canela, clavo de olor y aroma a vainilla. Esas son las especias que le dan espíritu al arroz con leche peruano. Su textura cremosa, suave y gentil es considerada como una caricia para los sentidos de quien lo prueba, pues es un dulce que se puede saborear y oler con el mismo nivel de deleite. Sin embargo, la receta que todos conocemos no es única, ya que cada cultura le ha dado un toque personal. Por ello, presentamos dos lugares para probarlo como nunca antes y uno a fin de disfrutar del inigualable sabor de casa.
MASSALA
Desde su local ubicado en el cruce de las calles miraflorinas Bolognesi y Berlín, es el digno representante de la cocina hindú en Lima. Con una sazón equilibrada, sabrosa y vibrante, «Massala» nos ofrece un viaje de sabores en cada platillo que presenta. En este caso, una maravillosa variación del arroz con leche: «Apple Kheer».
De acuerdo con Ravi Krishna, la mente detrás de este restaurante, el «Kheer» es un postre que se consume habitualmente en la India, su país natal. En esta región es elaborado con arroz basmati, leche, crema de leche, canela, clavo de olor, cardamomo y agua de rosas. En «Massala», el arroz basmati se reemplaza por manzana rallada, que se cocina a fuego lento con canela para tener como resultado un kheer increíble. Al probarlo su textura es sedosa y tiene un sabor condensado. Para sorpresa de muchos, este dulce se sirve frío y está hecho para comerse a cucharadas lentas. Te aseguro de que, cuando empieces a probarlo, no querrás que termine.
LA BODEGA TURCA
Este nuevo bistrot sanisidrino lleva aproximadamente un mes en funcionamiento y es el nuevo representante de la cocina turca en Lima. La gastronomía de Turquía está dotada de ingredientes frescos y saludables. Por ello, es de esperarse que el «Sütlaç», como se le llama al arroz con leche turco, sea ligero, de textura liviana y sutil.
En la cocina de Kerim Alanko y Fiorella Gody, el «Sütlaç» se elabora hirviendo el arroz a tiempo considerable. Añaden la leche, endulzan con azúcar y agregan yemas de huevo junto a un poquito de maicena. La preparación es llevada al horno para que en su superficie forme una cubierta asada. Aunque parezca extraño, este arroz con leche se sirve frío. En «La Bodega Turca» va con una porción de helado de chocolate y pistachos verdes en la superficie.
El postre es una auténtica delicia por su textura delicada, dulce moderado y un ingrediente especial que Kerim le agrega para darle un aroma misterioso. Luego de una cucharada no hay vuelta atrás, pero la perdición dentro de su tazón es una travesía que vale la pena.
FAUSTA
Cuando Mila Huamán optó por abrir su propia pastelería, acababa de completar un pedido de 300 tortas. Durante ese tiempo, ella vendía alfajores y postres a sus amistades cercanas, aunque luego decidió ponerse manos a la obra y compartir deliciosos postres con todos los compatriotas. «Lo que más me gusta de la pastelería peruana es la versatilidad, porque somos un país productor de diversos insumos», nos comenta. En este lugar podemos encontrar los postres más ricos y antiguos de la cocina criolla. Esos dulces que comían nuestras abuelitas, de los que alguna vez hemos escuchado; pero nunca llegamos a probar. La buena noticia es que ahora podemos saborearlos en casa y compartirlos con los nuestros para endulzarnos el día.
Si tu arroz con leche intocable es el peruano y viene bien acompañado de una porción de mazamorra morada, «Fausta» tiene la opción perfecta para disfrutarlo junto a una gran diversidad de postres de antaño en su box «Bicentenario» que incluye los riquísimos limones rellenos, alfajores con manjar de olla, guargüeros y más. Esto nace principalmente con el deseo de «reunir a las familias limeñas en una mesa, conversando y compartiendo un postre». Además, en esta pastelería se considera importante fomentar la preservación de las tradiciones en casa. Lo mejor es deleitarnos de la gastronomía.
Escribe: Fiorella Gómez