El conejo más famoso y amado por las distintas generaciones cumple 80 años. Bugs Bunny configura un hito histórico que ha trascendido de forma apoteósica. Con más de 175 cortos, presenta más apariciones que cualquier otro personaje animado. Su excentricidad lo convirtió en el conejo más querido de la historia y figura de numerosos parques temáticos.

Canales como Boomerang y Cartoon Network se encargarán de transmitir una programación especial, tanto de Looney Tunes Clásicos como los New Looney Tunes. Además, el sitio web de Cartoon Network implementará juegos sumamente interactivos para los niños y videoclips que exhiban las aventuras más extraordinarias de Bugs Bunny y sus amigos.

Su primera aparición data del 27 de julio de 1940 en el corto animado A Wild Hare, en el que compartió escena con Elmer Gruñón. Fue en ese momento donde demostró que para ser su acompañante es necesaria una intrépida virtuosidad y un sentido del humor más que particular, que resaltase su particularidad con cada gesto y palabra.

No pasó mucho tiempo y logró convertirse en un ícono de Warner Bros y estrella de Looney Tunes. Las animaciones de aquel entonces se caracterizaban por su carácter inofensivo y Bugs Bunny redefinió el humor con un comportamiento donde la astucia inalterable era más importante que la fuerza bruta.

Debido a su aclamada excentricidad, que, por cierto, desató especulaciones sobre ciertas conductas homosexuales, Bugs Bunny consiguió su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood en 1985. De esta forma, se convirtió en el único personaje animado de Warner Bros que cuenta con dicho reconocimiento. Además, es relevante resaltar que su singular personalidad está inspirada en famosos como Charlie Chaplin y Clark Gable.

El encargado de darle voz a este mítico personaje fue Mel Blanc, quien aseguran realmente comía zanahorias al momento de hacer la voz del popular conejo. Cabe mencionar que en un inicio se llamó Happy Rabbit y no Bugs Bunny. Este último nombre fue en honor al de su escritor original, Ben “Bugs” Hardaway.

Escribe Renatto Luyo*