Anya Taylor-Joy es la actriz del momento. Con solo 24 años, ha cosechado una prolífica carrera en Hollywood. Su última producción demuestra que llegó para reclamar su lugar en la lista de las estrellas.

Un tablero de ajedrez es el nuevo escenario que habita para dar vida a Elizabeth Harmon, la prodigiosa ajedrecista que conocimos en “Gambito de Dama”, el último boom de Netflix. En ella, seguimos la vida de la joven, quien intenta encajar sus piezas en el mundo que percibe ajeno desde la infancia, a la par que sepulta sus demonios en las drogas y el juego. La actriz estadounidense, que cautivó a la audiencia con su encarnación de la atribulada Beth, acaba de posicionarse como una de las jóvenes intérpretes más prometedoras del año gracias a su impecable actuación. ¿Pero quién es la persona que interpreta al famoso personaje?

Anya nació en Miami hace 24 años, pero lleva un pedazo de Argentina, Escocia, Inglaterra y España en ella. Es hija del mundo, un producto del encuentro entre tradiciones propias de un extremo y otro del Atlántico. De madre español-inglesa y padre argentino-escocés, vivió sus primeros seis años en el país del tango. Posteriormente, la familia se mudó a Londres donde, años más tarde, una agencia de modelos la descubrió. A los ocho años aprendió inglés leyendo la saga de Harry Potter, y a los catorce se mudó a Nueva York. En medio del tráfico frenético de sus calles, acuñó ese acento singular, por momentos americano y a veces un poco más inglés, que la caracteriza al hablar.

Por aquellos años, comenzó a vivir la soledad del desarraigo. Como su padre, un ex banquero internacional, se encontró viajando de un lado para otro a temprana edad. Primero, como modelo; luego, como actriz. Empezó su carrera actoral con papeles en el género del terror. La bruja fue la primera producción que le valió aplausos en el Festival Sundance. No se ha detenido desde entonces: ha interpretado una veintena de personajes en poco menos de cinco años y no está dispuesta a bajar el ritmo. Cada producción que recibe la entusiasma; por ello, acepta sin dudar cuando le ofrecen un proyecto como Gambito de Dama.

Del mismo modo que engulle un libro tras otro en sus ratos libres, ama meterse en la mente y piel de cada personaje. Cuando le propusieron interpretar a Beth, la artista devoró la obra que originó la serie en apenas una hora y media. De inmediato conectó con el personaje, sus ganas de encajar, la incomprensión, la pasión por su trabajo y la determinación para llegar tan alto como se lo proponga. A través de su papel en la serie, revivió la soledad de su infancia, aquello significaba para ella un deseo insatisfecho de pertenencia e identidad. Así como en la ficción, aprendió a construir dentro suyo el anclaje que no encontró fuera. El rodaje fue un viaje de autoconocimiento.

Cuando no actúa, se dedica a escribir poesía, bailar o crear música; cualquier forma de arte le sirve para descargar su inagotable energía. A sus 22 años, ya se definía como artista, no solo como actriz, al igual que uno de sus referentes en el medio: Tilda Swinton. Quizá por ello deja claro que no desea ser encasillada en ningún género. Para Anya, cualquier trabajo que la rete a exprimir su potencial es bien recibido. Ahora, la joven promesa se encuentra trabajando en su próxima película, The Northman. Su nombre resuena con fuerza para la temporada de premios que se avecina. En definitiva, esta reina ha llegado para quedarse.

Escribe: Marisol Alvarado