El objetivo de este trabajo no es determinar criterios sobre qué obra o qué autor es “bueno”, o “malo”, sino establecer una GENEALOGÍA sobre el porqué. Cuáles fueron los procesos históricos que generaron que se les considere de tal o cual manera o se les visualice o no. Es necesario mostrar cómo fueron  establecidos esos criterios, más allá de la subjetividad y la calidad real de la obra; cómo se “definieron” y definen dichos consensos, en la actualidad, a nivel de mass media, que son los que determinan que alguien sea “GENIAL” o muera de tuberculosis y olvidado en su domicilio.

Es el tiempo de que se hable sobre las camarillas, la argolla, el amiguismo, los “críticos” que cobran por sus servicios, el centralismo, el racismo, el clasismo, y un largo etcétera. Muchos dirán ¿qué tiene que ver esto con la literatura? Pues nada, pero en el Perú, paradójicamente, todo. Tenemos que hacer luz sobre los escritores subalternos para que se den cuenta que solo los que pertenecen a sectores hegemónicos, o los merodean como lacayos, tendrán mayor resonancia.

¿Qué es el perspectivismo?

Es  una postura filosófica, la cual enuncia que frente al caos imperante y el sinsentido del universo físico, el ser humano estableció un conjunto de “referentes”, a los cuales asirse. Esto tiene el único objetivo de obtener un grado de certeza que lo “defienda” y le permita  desenvolverse en medio de dicha situación caótica. El concepto tiene como autor a Leibniz, pero quien lo llevaría a su cúspide será Nietzsche, el gran “enemigo” de la modernidad y sus “certidumbres”.

Nietzsche proclama que “no existen hechos, solo interpretaciones”. No tiene sentido, pues, preocuparse por la verdad o la falsedad de los juicios que emitimos, ya que no existen realidades en sí mismas, cosas que estén ahí fuera y que podamos conocer objetivamente. Lo único que existe son interpretaciones de la realidad, diferentes perspectivas desde las cuales tratamos inconscientemente de solidificar el devenir incesante del mundo.[1]


Entonces, la “verdad” será una construcción cultural comunitaria. Pero habría que preguntarse ¿quiénes determinan esa “verdad”? Más allá del sentido común, particular, creemos muchas veces en “verdades” que nos han sido instauradas, sin que nos demos cuenta. Luego las repetimos, las sostenemos, defendemos inclusive, dejando de lado nuestro propio juicio crítico, facultad que pocas personas desarrollan en realidad.

Lo mismo sucede en el caso de los “valores” de una obra literaria, conjunto de requerimientos que a lo largo de la historia se han definido como indispensables o necesarios para  reconocerla como tal. Hemos establecido pues un consenso mínimo. Si nos situáramos en un “estado” permanente de perspectivismo sería difícil elaborar cualquier constructo, pues viviríamos en un eterno cuestionar de la validez del mismo.

Asumiremos la posición de que ya existe algo que denominaremos “obra literaria de calidad” que puede ser comprobada con ciertos parámetros. Sin esto sería imposible tratar de ejercer alguna crítica y caeríamos en una posición posmoderna, que tampoco niego; sin embargo, no me permite ciertos cuestionamientos como: ¿Cuáles son los mecanismos, los dispositivos que permiten que la “verdad” de un grupo, entiéndase “su verdad”,  se erija sobre el resto, se imponga como hegemónica y finalmente genere los “consensos” que validan a tal o cual autor? ¿Por qué si no existen hechos, solo interpretaciones, algunas se han “impuesto” sobre otras?

¿Qué es la genealogía?

Para definir el término, utilizaremos una cita extraída de wikipedia, y que concretiza la manera cómo el término es utilizado en el campo de la filosofía, por autores como Michael Foucault entre otros.

La genealogía no se pregunta por el origen de las ideas, de los valores o de las identidades sociales, sino que muestra cómo éstas emergen como producto de relaciones de fuerza.

Para esclarecer este punto trataremos de elaborar una, siempre desde nuestra perspectiva claro está, pero cuya objetivo será brindar posibilidades de democratizar o abrir un debate que no se está dando: ¿por qué asumimos que ciertas obras o autores cuya “calidad”, intuimos no es sobresaliente, son sobreestimados por toda la maquinaria de nuestro reducido mercado editorial?

El inicio de las ¨legitimidades¨ en el Perú

En el caso del Perú, el choque más brutal se dio con la Conquista, la cual examinaremos en el plano cultural. Poseídos por un furor divino, los extirpadores de idolatrías iniciaron una campaña orientada a desterrar a los antiguos dioses, y con ellos toda su parafernalia, es decir los mitos e historias que les brindaban sustento. Si bien es cierto, al parecer, los incas no desarrollaron escritura como en el caso de los mayas y sus códices, el proceso fue el mismo. Se “intervino”, por decirlo de alguna manera, la oralidad, se inició una acción punitiva contra la transmisión de aquellas leyendas que hacían que los dioses siguieran vivos.

La hispanización de los indígenas se inicia en simultáneo casi con la Conquista, año 1532, pues el  virrey Francisco de Toledo era un convencido de que ese era el paso previo y necesario antes de la evangelización.

Será 1608 cuando el cura Francisco de Ávila, de Huarochirí, realizará el descubrimiento de la “idolatría” entre sus nuevos conversos, que pese a recibir el bautismo y la nueva fe, persistían en prácticas y cultos milenarios. Así, se inició una sistemática devastación de huacas, momias, tejidos y personas. Sin embargo, al ser una fuente de cohesión social e innegable sustrato para su identidad, los cultos persistieron, pero de manera oculta, soterrada. Se generó una resistencia de carácter cultural, que aún se puede apreciar en nuestros días.

El punto aquí es observar cómo un grupo dominante (el de los hispanos) impuso su criterio, su verdad, sobre el grupo al que subalternizó, y que era mayoritario numéricamente: los habitantes del imperio conquistado. Así, lo que se decidió “saber” sobre los incas y su cosmovisión fue lo que los cronistas hispanos interpretaron. Salvo el caso de Felipe Huamán Poma de Ayala, en su Primer nueva crónica y buen gobierno, incluso la visión del Inca Garcilaso muestra un marcado sesgo proespañol.

Lo que debemos considerar es lo que se va instituyendo como un pretendido dogma: lo español, lo blanco, es lo bueno, pues incluso cuenta con el aval de Dios. Lo indígena, lo cobrizo, en contraparte, será lo malo, ni siquiera su dios es el auténtico. Dicha manera de interpretar la realidad se extenderá a lo largo de la Colonia y tendrá como eje de lo que ES la “ciudad letrada”, a Lima. Todo lo que intente posicionarse como un documento, entiéndase texto, de carácter serio deberá pasar por el tamiz de la hispanización, de una u otra manera, ya sea en la forma o en el contenido. Habrá que sumar en estos años la llegada de los esclavos negros que también portan una cultura oral que será discriminada, y que encontrará en la música, útil y divertida para el amo, algún tipo de “legitimidad” y vehículo de difusión y supervivencia.

Con la llegada de la “independencia” y periodo republicano, la situación no cambia. Serán los descendientes de los conquistadores, más sus nuevos aliados, los que mantendrán una situación de privilegio y dominio, a través del poder proveniente de la tenencia de la tierra. Lima es como una sanguijuela enorme que desangra a todo el Perú en su propio beneficio y sirve de “modelo” a reproducir en las demás capitales del interior.

Más allá de los traumas

Si uno no postula la existencia de los factores metaliterarios como determinantes a la hora de juzgar una obra, no estaría siendo honesto en una realidad como la peruana. Aunque se corre el riesgo de ser llamado resentido, comunista, frustrado, etc. Para evitar dichos adjetivos muchos escritores prefieren no verse en el espejo de su ser auténtico y asumen poses que no les corresponden. ¿Qué pretendo decir? Pues muy simple, que aplauden y ponderan todo lo que la oficialidad (empresarial-limeña-“blanca” y ligada a transnacionales de la literatura) les impone. Así, terminan consumiendo/idolatrando al escritor de “moda”, sin importar la calidad de su trabajo Analicemos también, más allá del maniqueísmo, el papel que desempeñan los propios escritores en asumir, internalizar su subalternidad. Digo esto porque creo en la complicidad de la víctima

¿Quiénes tendrán el valor de asumir su condición? Entender que por más que vivan en el mundo de las ideas y hayan leído millones de libros, al final, deberán sufrir el viajar en combi, con el riesgo de contraer el COVID y morir por no tener seguro social; haber sido “producto” de una de los peores sistemas educativos de América; pertenecer a una raza determinada que es, y lo saben, discriminada. ¿Deberá ser esto un factor que los determine para anclarlos en un tipo específico de literatura? ¿Cómo utilizar la creatividad para buscar la generación de modelos paralelos a los oficiales y no perder la libertad imaginativa?

Los que comprendan esto deberán crear espacios de interacción propios, utilizar a su favor las redes sociales y su cualidad democratizante. Pero, sobre todo, el primer paso consiste en autoesclarecerse acerca del proceso que hizo posible la supervivencia de una clase hegemónica, que se autorreproduce e impone mediante SUS medios de comunicación a escritores que son los “mejores”.

Es necesario tomar medidas con premura. Dejemos la “gloria” post mortem a los que creen en algún tipo de metafísica. Solo la unión de todos los autores podrá generar ese cambio tan necesario.


[1] LLÁCER, Tony. “Nietzsche. El súper Hombre y la Voluntad de Poder”. P. 120.

FANCISCO ADRIANO LEÓN

Nació en Lima el 8 de mayo de 1975. Escritor, poeta, editor, historiador, músico. Cursó estudios de literatura en la UBA (Universidad de Buenos Aires). Promotor cultural. Publica  la novela corta Resplandor Púrpura (Grupo Editorial RAS, Lima, 2004). El año 2005 obtiene mención honrosa a nivel nacional en el concurso de Poesía Iberoamericano, Cuento y Dramaturgia 500VL, organizado por el Boulevard de la Cultura de Quilca y la Municipalidad de Lima. Aparece su primer poemario titulado Ad Gloriam (Arteidea editores, 2006). Publica el trabajo de investigación: La historia de Salamanca de Monterrico (Grupo Editorial RAS, 2006 – 3 ediciones).
Obtiene 2ª mención honrosa en el concurso mundial de poesía erótica Bendito sea tu Cuerpo (2008). Aparece en el compilatorio del mismo nombre. Aparece su plaquette Sandra, (Maribelina editores, 2009). Publica su poemario temático Summer Screams(Hipocampo editores, 2009). El 2012 publica. Publica Historia de Sangallaya (Asociación Distrital Sangallaya, 2012). El año 2013 publica con Altazor editores su segunda novela Tigres de Papel. Publica la II edición de su novela Resplandor Púrpura, editada por G4eneration (2014), en Buenos Aires. Publica Salamanca Sixties Un estudio sobre el rock en la Clase Media de Lima, (Editorial Selección Gallera 2014). Publica su novela Los Stones, (Animal Literario, 2016).
Publica Song From Lima, poesía, (Korriente A editores, 2017). Publica el trabajo de investigación Wanka Rock, historia del rock en Huancayo de 1959-1979, Korriente A editores (2017) con una reimpresión de Sonidos Latentes Producciones ese mismo año. Dirige el equipo técnico para la elaboración de el Plan Municipal de La Lectura y el Libro de la Municipalidad Provincial de Cusco, 2017. En 2018 publica tres ediciones de Manco Inca y la gran guerra de reconquista (Grupo Editorial RAS, Raymi Editores, Zafiro Editores). Con tres ediciones agotadas en menos de tres meses. El libro fue el segundo más vendido de la Feria Internacional del libro de Cusco.
Ha aparecido en 20 compilados de poesía a nivel mundial, incluye traducciones al francés y portugués de su obra. Ha sido columnista del diario Extra, y del Diario del PaísDiario del Cusco, Diario El Sol del Cusco. Además de las revistas digitales Punto de EncuentroMain Neim, Cronopio, etc., a nivel nacional e internacional. Ha sido conductor del programa El Rincón de Los Incomprendidos por HCM Tv radio, y de Palabra x Palabra por HCM Tv radio. Ha editado más de 20 libros con su sello RAS. Es en la actualidad columnista del semanario Qosqo Times y editor periodístico de la revista Open Cusco, de distribución gratuita en Lima y la Ciudad Imperial.
Síguelo en: https://www.facebook.com/franciscoleonescritor/