El 13 de junio se ha convertido en una fecha inolvidable. Dejamos ir el pase a la Copa del Mundo Qatar 2022 luego de caer en los penales ante Australia (5-4), una selección que no era favorita ni podía compararse con nuestra escuadra. Recuerdo que en Lima y otras ciudades había una fiesta nacional, las casas de apuestas nos daban la victoria y todos estaban esperando la celebración de nuestra llegada al Mundial. Clasificamos a Rusia 2018 después de 36 años de ausencia. Ya nos sentíamos ganadores. ¿Qué podía detenernos esta vez? Sin embargo, queda claro que, en el fútbol, no debemos dar nada por sentado.
Más de 18.000 hinchas portaron la blanquirroja en el estadio Al Rayyan en Doha. El resto, desde casa, vimos pasar 90 minutos y dos tiempos suplementarios con el marcador en cero. Australia fue ligeramente superior con 10 remates al arco, mientras que nosotros solo tuvimos 5. Aún así, el daño entre ambos fue mínimo. Mantuvieron la posesión del balón en un 54% ante 46%. Se esperaba que la bicolor dominara, pero no fue así. Hubo el mismo porcentaje de precisión en los pases (81%) al igual que la cantidad de tarjetas amarillas.
Iniciado el complemento, los comandados por Ricardo Gareca llegaron dos veces con peligro. Un remate de Cueva se fue apenas por un costado y el cabezazo de ‘Orejas’ Flores dio en el poste. Lapadula brilló por su ausencia. Una mala tarde peruana frente a un equipo australiano de bajo nivel que terminó por llevarnos a los penaltis. Lo que no vimos venir fue al portero Andrew Redmayne. Se convirtió en el protagonista del encuentro, pese a ser un completo show en el campo.
Pedro Gallese detuvo el primer disparo de Martín Bouyle y luego anotaron de forma seguida Gianluca Lapadula y Alexander Callens (Perú), al mismo tiempo que Aaron Mooy y Craig Goodwin (Australia). Con el marcador 3-2 arriba, Luis Advíncula falló al estrellar el balón en el palo derecho. Inesperado. Desconcertante. Un jugador con su experiencia no debía errar. Probablemente jamás lo olvidaremos. Renato Tapia y Edison Flores ejecutaron perfecto para Perú, mientras que Ajdin Hrustic y Jamie MacLaren hicieron lo propio para su equipo.
En la segunda ronda, Awer Mabil anotó por los oceánicos. Alex Valera debía ejecutar por nosotros, pero erró. Desde que lo vi posicionarse delante del esférico, sabía que se trataba de una muerte súbita. Le dieron la responsabilidad de clasificar a una Copa del Mundo a un jugador de poco nivel, que recién se adapta al juego de la Selección Peruana. Es un error que se pudo evitar; no obstante, otros decidieron no llevarse el mal rato. Realmente decepcionante.
Lo cierto es que Australia irá al Grupo D en Qatar, donde se enfrentará a Francia, Dinamarca y Túnez. Tras la derrota, volvimos a nuestra realidad; una en la que la crisis política y económica se ha vuelto latente. Recuperamos el pulso habitual, pero con desilusión. El fútbol es de esas cosas que nos dan la esperanza que hace falta, aunque también nos envuelve de tristeza. Le dijimos adiós a un ciclo que inició en el 2015 con Ricardo Gareca y que terminó en las manos de un inoportuno australiano. Nos confiamos demasiado. Celebramos antes de tiempo y ahora solo queda la melancolía de quedar, nuevamente, sin un mérito deportivo. No habrá Mundial para Perú. Sin embargo, la gratitud hacia el «Tigre» debe mantenerse intacta. Fueron 7 años incomparables. Ojalá renueve y podamos abrir una nueva etapa con más alegrías y menos catástrofes.
Escribe: Valeria Burga
Editora General