Por Omar Amorós
Simón Wayne está a horas de morir en la silla eléctrica por el asesinato de cincuenta y seis mujeres, pero antes de su ejecución, viajaremos con él a través de los sucesos que marcaron su vida, y las circunstancias que lo convirtieron en el monstruo que se presenta ante nosotros.
Historias como la de este Simón seguramente la has visto en alguna clásica película o en una serie de cable o más recientemente en una miniserie (basada en hechos reales) en alguna plataforma de streaming.
Pero verla en teatro, en vivo, genera una emoción distinta. Pueda ser que te sientas incómodo o nervioso, que te guste o no; pero lo que no te dejará es indiferente.
Y mucho tiene que ver cómo está contando y Martín Velásquez no lo hace mal, la obra es en su mayoría de un ritmo dinámico –sobre todo en las escenas donde el texto de Daniel Quispe no se vuelve repetitivo-, y a pesar de que algunos detalles y escenas considero que están de más (porque ya se va conociendo porqué Simón es cómo es), la perfomance del buen y carismático Dante del Águila sale airosa de tanto batallar en escena con esos demonios que atormentan a un difícil personaje como éste.
Conozco el trabajo de Dante desde hace muchos años y siempre lo visto bien puesto en escena desde la obra más independiente con estudiantes o recién egresados o en grandes musicales con actores “famosos”. En cine, televisión y teatro Dante siempre ha demostrado ser un actor muy versátil; esto unido a la calidez que proyecta lo hace una persona dúctil con la que seguramente se puede trabajar.
Del Águila compone un personaje desde un mundo interior destruido por las circunstancias que lo transformaron en un ser decidido en cumplir una misión: “matar polillas” (prostitutas) porque una de ellas hizo sufrir a la única persona que sentía que lo quería –y a la cual él quería- (la que lo crió como madre), ese es el punto de reflexión para retroceder y conocer –mientras recuerda y conversa con la psicóloga de la cárcel donde se encuentra- los momentos clave en que el espectador llega a preguntarse si sujetos como éste son producto de la sociedad o nace con el gen de la maldad.
La obra también presenta una visión de la violencia constante que se vive en las calles y a la que están expuestas las mujeres y los niños sobre todos.
Esta puesta nos invita a reflexionar y humanizar lo que muchas veces se tilda de inhumano, pero no de justificar acciones violentas que por ningún motivo se tienen que avalar. Buen trabajo de todo el equipo de actores que acompaña a Dante, Eliana Fry (gran trabajo como la psicóloga que tiene un pasado y un presente en común con Simón sin saberlo), Juan Pablo Bustamante, Daniela Sosa, Fabiola Huamán, Lucia Meza. Acierto de Martín Velásquez y la producción de Butaca Arte y Comunicación, con el apoyo Del Colectivo Del Bardo.
Si quieres ver un buen trabajo apuesta por esta humilde apuesta –a veces lo mejor no es lo más ampuloso- “Simón” va en su último fin de semana: viernes 31 de mayo, sábado 1 de junio a las 8:00 p.m. y domingo 2 de junio a las 7:00 p.m.