Los sushi bar son un hit. Sus cartas albergan una gran variedad de ingredientes y condimentos que rodean al pescado. Probar estos manjares encandilan a más de uno, pero hay que saber disfrutarlos.

Los restaurantes japoneses se acrecientan en la capital, y con ellos, nuevas propuestas aparecen con un sello personalísimo. La creativa diversidad de platillos y el ambiente, nos transporta a una tierna mesa entre las transitadas calles de Japón. Sometiéndonos con agrado a una experiencia inigualable.

“Para que un Sushi Bar atraiga a la clientela, tiene que asumirse como una propuesta novedosa, sin olvidar un flujo de calidad constante, que supere o se mantenga bajo un estándar altísimo”, comenta Andrés Camacho Sanz, egresado de la carrera de Gastronomía de la USIL, y fundador de “Kyoshi”, un bar especializado en sushi y pokes.

Hace un par de años —por primera vez en su vida— el chef probó la fusión Nikkei. Una experiencia que lo sumergió a un mundo de mixturas. Nos cuenta del asombro que lo abordó cuando vio a la cocina japonesa fuscionada a la peruana. Una combinación que le aseguró la versatilidad de ambos. No olvidemos que nuestra relación con Japón no es ajena, está presente incluso en las comidas más representativas del Perú. El ceviche se refleja en paralelo con el sashimi, pero el primero vive bajo sazón perenne. Con culantro, limón o ají trozado, ambos son tan cercanos y lejanos. 

“El fenómeno del sushi es reciente. Esto puede observarse en la variedad de restaurantes que existen. Algunos respetan las tradiciones japonesas al 100% (como Matsuei). Pero hay otros que deforman y faltándole el resto a su historia. A pesar de que tienen la oportunidad de hacer mejores creaciones, terminan realizando invenciones estrafalarias y caprichosas”, asevera Andrés; quien además confiesa —con un poco de angustia— que se siente agridulce por la expansión del sushi. Pues, muchos han surgido con el único propósito de vender, creando fusiones que mercantilizan la tradición nipona con desprecio.

Por el contrario, no cabe duda de que también existen fusiones peruanas que saben dar el toque preciso. Acercando nuestras tierras al oriente sin dejar de respetar la cocina y su historia. El Sushi Bar Maketo es uno de esos lugares, donde eres recibido bajo un techo abierto, junto a una gran barra que comparece el trabajo culinario. Los sushi bar vinieron para quedarse. Y si bien siempre existirán emprendedores tratando de hacer Perú en los platos nipones, deberán primero estudiar con empeño la disciplina, para no fallar en el intento.

Escribe: Vanessa Estrada (@vanessaestrada08)