Tick, Tick… Boom! es su primer largometraje cinematográfico de Lin-Manuel Miranda y no está mal. Es una adaptación de la comedia musical del mismo nombre que el mismo Miranda ha protagonizado y eso ya un argumento a favor, si vas a lanzarte en territorios inhóspitos que no tienes mucha experiencia.
El musical nos cuenta el tiempo que Jonathan Larson pasó trabajando en su obra Superbia para ser presentada ante los productores más importantes de Broadway. Un tiempo de angustia, ansiedad y muchas frustraciones por lograr un sueño.

Es una película ambientada en los años 90 donde sus protagonistas calzan perfecto con la denominada “Generación X”, una generación desilusionada por el sistema, que no tienen grandes horizontes hacia el futuro. Quieren encontrarse a sí mismos, “muteando” las voces del mandato social que nos hace movernos más por el temor que por el amor. Estas dos opciones van a estar siempre definiendo a cada uno de sus protagonistas y de algún modo, interpelándonos a nosotros como espectadores durante todo el film.
Me gustó que no hayan querido condicionar el discurso noventero a los tiempos actuales. Eso le da cierta distancia que nos permite el análisis más racional y reflexivo. tick, tick… Boom! no es solo la historia de Larson sino de una generación abandonada, sin padres como en Friends, que tienen que abrirse camino a la supervivencia en una sociedad que te devora y te quita lo mejor de ti para que seas un engranaje más de todo el aparato bien aceitado del status quo. Tal es el riesgo de apostar por la libertad de ser uno mismo, que, a los más audaces, se los lleva el SIDA como un flagelo cósmico del destino. Hoy el SIDA está casi controlado pero la violencia y el misterio de la muerte continúa con la pandemia COVID-19 que estamos viviendo.

Otro punto a destacar es el desempeño como actor y cantante de Andrew Garfield. De Vanessa Hudgens ya teníamos registro, pero Garfield ha demostrado compromiso y profesionalismo en cada minuto que lo vimos en este musical. No cabe duda que va a ser un gran candidato como mejor actor principal para el Óscar 2022.
Estéticamente, podría destacar dos grandes momentos: uno, la escena cuando se va a nadar y encuentra inspiración para su canción y dos, la interpretación Therapy entre Garfield y Hudgens. No quiero hacer mayores descripciones para que ustedes juzguen por sí mismos.
Por último, podemos concluir que todo ese coctel de frustración, de aspiraciones y sueños altos con dosis de realidad que “muerden” nuestra libertad, hace de tick, ¡tick… Boom!, dos horas de un intenso viaje heroico que no termina y donde las acciones hablan más fuerte que las palabras. Dos horas donde nos debatimos entres dos opciones fundamentales: “¿Jaulas o alas?”, “¿Temor o amor?”… Ahí está la cuestión.
Sobre el autor:
Héctor Makishi Matsuda es filósofo y comunicador social. Sus intereses están orientados en la gestión cultural y eso lo ha llevado por variadas experiencias como director de revistas culturales e intelectuales y productor artísticos de conciertos con Luis Alberto Spinetta y Nito Mestre. Ha sido docente de filosofía y latín en centros educativos en Buenos Aires y Guayaquil.
Tiene un blog de crítica audiovisual “Cine consentido” y actualmente, es presidente de la Asociación Civil sin fines de lucro “Ágora” que se dedica a la formación juvenil en temas de Humanidades.
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