Los quesos europeos son toda una experiencia de sabores, texturas y aromas que conquistan los paladares peruanos. Conócelos y marídalos con lo mejor de nuestra gastronomía.
Uno de los mayores placeres en la vida es comer, y los peruanos somos adictos a probar recetas nuevas y deliciosas. Todos tenemos un chef dentro, nos gusta experimentar cuando hablamos de comida.
El queso es un universo de sabores, aromas y texturas, que, al mezclarlos con los gustos típicos del país, se convierte en una fusión de experiencias únicas e innovadoras. En ese sentido, los quesos europeos, sobre todo los franceses, pueden ayudarnos sobremanera, ya que se fusionan tan bien con nuestra cocina creando este llamado Idioma del Amor.

Por eso, con la llegada de los Quesos de Europa a Perú, será posible entablar un diálogo entre culturas a través de los platillos tradicionales de la región andina y estos quesos hechos con calidad y amor de Francia.
Bajo la premisa de enriquecer la experiencia gastronómica, me uní a la iniciativa “El Idioma del Amor” del Centro Nacional Interprofesional de Economía de Lácteos en cooperación con la Unión Europea, para ayudar a promover el consumo de quesos franceses, integrándolos a la cocina peruana.
A fin de abrir nuestras mentes a nuevas fusiones; conoceremos algunos quesos franceses y sus opciones combinables en nuestra gastronomía.

Comenzamos el recorrido con el queso Brie, proveniente de una región cercana a París. Ha sido históricamente apreciado por la sociedad francesa. Hecho a base de leche de vaca, posee una corteza blanca con manchas beige a amarillo profundo. La pasta es color paja brillante e irá oscureciendo conforme el queso madure. Su corteza es comestible. En su aroma predominan los olores a granja y a almendras tostadas. Tiene un característico sabor a mantequilla, con acabado salado.
Podemos disfrutarlo con un solterito arequipeño y maridarlo con una copa de Pisco Quebranta Mosto Verde. El sabor dulzón de este tipo de pisco combina con el afrutado de nueces y almendras tostadas del queso, creando estructura y densidad al combinarlo. Por su textura cremosa es ideal para un pan de tres puntas o una baguette de trigo, incluso si es de finas hierbas.
Una de las joyas de la corona de la gastronomía francesa es el queso Camembert cuya cubierta enmohecida tiene mucha historia. Su origen se lo debemos a Marie Harel, una lechera proveniente de las granjas de la villa Camembert, en el corazón de Normandía, quien se basó en la receta del Brie, perfeccionó la técnica de elaboración y en 1791 convirtió el Camembert en uno de sus productos.

El balance entre pasta y corteza es lo que aumenta la complejidad del Camembert. Su corteza tiene un sabor intenso a setas y tierra húmeda. La pasta es dulce, untuosa, y recuerda un poco a la mantequilla, por lo que le va muy bien un pan chapla con chía y linaza.
La fusión aromática del Camembert con un Pisco Italia Mosto Verde son un deleite para los sentidos. El primero nos recuerda a tierra húmeda y hierba fresca. En el segundo apreciamos la presencia de flores blancas. Al maridar la suavidad del queso con dulzor de este pisco, percibimos una armoniosa combinación.
El queso Emmental francés proviene de la región de Saboya. Los característicos agujeros provienen de la fermentación de gases que produce burbujas de CO2, que quedan atrapadas en la pasta. En este queso semi-duro hecho de leche de vaca sin pasteurizar encontramos un sabor fuerte y afrutado, con cierta acidez. No es muy salado y tiene un retrogusto muy ligero. Por el equilibrio en su sabor es ideal a cualquier hora del día. Durante el desayuno podríamos prepararlo con un pan tipo campesino con granos andinos o frutos secos. La clave es tostarlo para tener ese elemento fundido que complemente la textura del queso.

Finalmente, tenemos al queso Gruyère Francés, originario de los Alpes Franceses. Tiene una corteza granulada, dura y firme; la pasta es ligeramente dura y flexible cuando es joven, a medida que madura, aumenta su dureza y reduce su flexibilidad. Este queso tiene aroma suave y algo dulce. Su sabor consigue tener toques ligeramente picantes dependiendo del grado de maduración. Puedes colocarlo sobre rodajas de pan multigrano y llevarlo unos minutos al horno para que se derrita y gratine.
Esta ha sido una travesía por algunos de los quesos europeos, pero existen muchos más, pues en solo Francia hay más de 1200 variedades. Los invito a probar estas combinaciones, pero también a crear un diálogo entre los insumos peruanos y los quesos franceses; el resultado será increíblemente delicioso.
Escribe: Aaron Chlimper (@aaron_chlimper)