Verónica Sánchez es sumiller profesional, comunicadora y docente en la Escuela Peruana de Sommeliers. Hoy nos cuenta sobre sus experiencias en el rubro; además de mencionar las tendencias de la industria vinícola argentina.

«Siempre me gustó el vino. En Argentina es común que haya una copa en la mesa». Verónica llegó al Perú hace 9 años con ese gusto adquirido. Trabajó con diversas marcas de destilados, donde conoció a Carlos Neira, quien la introdujo más en este rubro.

«Después entré a la Escuela Peruana de Sommeliers. Hice un taller de análisis sensorial a cargo del director Jorge Jiménez. Fue inevitable enamorarme de ello. Nunca había pensado llevar esta carrera. Sigo estudiando y aprendiendo hasta el día de hoy porque la información es infinita», nos cuenta.

Luego de graduarse como sumiller, se adentró en las comunicaciones y la educación. Ha realizado diversas catas y asesorías sobre vinos. Asimismo, considera que enseñar es una gran responsabilidad y un desafío, pues debe repasar nuevamente para resolver las dudas de los estudiantes.

«Es constructivo en el ámbito profesional. Dicto una de las primeras clases en la EPS y otras que están al final de la currícula. Puedo ver de cerca la evolución de los alumnos. Todos se terminan enamorando de la carrera», dice.

Verónica considera que el crecimiento del vino peruano ha sido exponencial. «Veo más dedicación, empeño e inversión. Creo que Perú tiene mucho potencial. De hecho, es el lugar donde se inició la producción de vino en Latinoamérica». Por otro lado, resulta imposible no hablar sobre los vinos argentinos y su uva emblemática: Malbec.«Aunque sea de origen francés, se adaptó muy bien en Argentina. Llevamos más de 300 años trabajando sin parar. Además, contamos con las condiciones climáticas ideales para producir», agrega.

Actualmente, existen múltiples variedades de uva en dicho territorio como Bonarda, Riesling y Pinot Noir. «Se están elaborando vinos increíbles con Cabernet Franc. Asimismo, estamos valorando más las uvas blancas y criollas. En cuanto a los tintos, la tendencia aborda los que son ligeros, frescos y frutales. El mundo del vino se está uniendo y hace énfasis en el cuidado del medio ambiente».

Durante la pandemia, hubo mayor acceso a la información, y las bodegas se convirtieron en intermediarios para el público. Del mismo modo, las redes sociales son una ventana para comunicar. «Cuando hay un dato que pueda sumar en la cotidianidad o el consumo, es importante darlo a conocer. Para mí todo representa un beneficio». El mundo del maridaje es tan infinito como las bebidas. Sabemos que hay reglas y fundamentos, pero finalmente es subjetivo dependiendo de lo que te guste.

«Siento que los vinos argentinos se han ganado un espacio para acompañar la gastronomía peruana; aunque hay quienes apuestan por algo distinto al Malbec. En Lima encontramos un mercado amplio de importación de todo el mundo», revela.

Sánchez también apostó por un proyecto personal: ‘Viajes y maridajes’; en el que puede difundir la viticultura y su consumo; además de entrevistar a diversas personalidades.  «Siempre me han gustado los podcast, pero no hay tanto contenido sobre vinos como quisiera. Es interesante escoger un vino para las personas que entrevistas y no conoces. Cada botella alberga diversos datos disparadores: de dónde viene, quién lo elaboró, el branding, cepaje u otros. Creo que eso enlazó muy bien con el podcast y espero retomarlo pronto».

Verónica está preparándose para obtener el cuarto diploma de WSET (Wine & Spirit Education Trust). Sin embargo, no va a dejar de lado la oportunidad de viajar durante el año a fin de aprender sobre los productos locales de cada país. «Siempre busco cosas nuevas, porque todo suma. Seguiré enseñando en la Escuela Peruana de Sommeliers cada vez que me inviten. Es un honor compartir mis conocimientos con los demás», concluye.

Escribe: Valeria Burga (@vale_burga26)