Hay maneras positivas, saludables de olvidarnos por un momento que vivimos en pandemia y de paso cuidar nuestra salud mental. Hacer ejercicio, escuchar música, leer, ver películas. Sin embargo, la forma en la que hemos dejado de hablar del coronavirus durante los últimos días es nociva. La crisis política alrededor del presidente Vizcarra nos generará, consiente o inconscientemente, aún más incertidumbre y si a eso le sumamos el inicio del circo electoral que comenzará a copar medios y redes sociales, tendremos niveles de estrés y hartazgo peligrosamente garantizados. Y debemos evitarlo a toda costa.

No sólo nos tocará enfrentar una inevitable segunda y más potente ola del Covid 19, también tendremos que elegir nuevo presidente y congresistas para los (ojalá) siguientes 5 años.

Tareas nada fáciles. Más en esta coyuntura. Y el gobierno poco aporta para facilitar esa crucial tarea.

Parece un macabro Déjá vu. Vemos como España, con un sistema sanitario que nos lleva siglos, están a punto de volver al confinamiento por el rebrote imparable de contagios y muertes. Mientras tanto, acá, con uno de los peores sistemas de salud de la región, el mismo que nos ha impedido salvar miles de vidas, nos preparamos olímpicamente para entrar a fase 4 y comenzar a abrir cines, gimnasios y en la quincena de octubre, arrancar con los vuelos internacionales. Bienvenida la vieja normalidad, la del caos, la de la improvisación, la de priorizar la economía a la salud y la vida.

¿Qué pasó con la estrategia de comunicación que nos debería informar con más detalles sobre esta inminente fase 4? Porque si de algo no somos cómplices, es de la falta de previsión, de planeamiento y de información.

Cómo si no fuese suficiente caos, la fecha límite para inscribirse en un partido y así estar habilitado para tentar la presidencia, evidencia de manera tragicómica, nuestro interés en la política. Según Ipsos, un 32 % no tiene idea por quien votará y otro 23 %, que tampoco tiene idea, dice que lo haría por Forsyth, quien pese a su perfil algo más liberal, acaba de inscribirse en Restauración Nacional, un partido que, durante 15 años, representó doctrinas evangélicas conservadoras. ¿Contradicción? Ojalá. Eso implicaría la existencia de alguna ideología de parte del candidato o nuestra, pero nó. Es sólo una señal de que el caos recién comienza y que, pese a todo, hay que hacer un enorme esfuerzo para estar más atentos que nunca.

JERÓNIMO CENTURIÓN

Periodista con más de 15 años de experiencia en prensa y televisión nacional y extranjera. En el Perú, trabajó como reportero en Canal N, La Ventana Indiscreta y una decena de programas de investigación. Ha sido también reportero de Metropolis, programa de tv holandés,
En los últimos años, fundó Centurión Producciones, empresa con la que ha realizado varios exitosos documentales, estrategias de comunicación y campañas nacionales y extranjeras.
Experto en comunicación integral.