Pese a no ser parte de una plancha presidencial, Vladimir Cerrón ha sido uno de los protagonistas de esta segunda vuelta electoral. Con sus polémicos tweets y declaraciones,  generó más noticia que con su condena por corrupción en el 2019. Cual titiritero, el secretario general de Perú Libre, es el responsable de mover los hilos de la campaña de Pedro Castillo, el profesor chotano que la élite capitalina no pensó ver en las cédulas el 06 de junio.

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Oriundo de la provincia de Chupaca, el hijo de profesores universitarios viajó becado a Cuba en dos ocasiones para estudiar medicina y especializarse como neurocirujano. Al retornar al Perú, ejerció como médico y docente de las cátedras de neuroanatomía, neurofisiología y neurocirugía. Sin embargo, como bien sabemos, no se quedó en las aulas y salas de operaciones para siempre.

La carrera política de este personaje inició en 2005 con su afiliación al Partido Nacionalista Peruano, del cual se retiró un año después. Decidido a ocupar un cargo público, fundó el Frente Patriota Peruano y postuló a la presidencia regional de su natal Junín. Tras resultar tercero en la contienda, fundó el Movimiento Político Regional Perú Libre, con el que consiguió gobernar su región entre 2011 y 2014. Sin embargo, no logró la ansiada reelección, y es después de dicho acontecimiento que surge el Perú Libre que Lima conoció este año. El partido del lápiz se fundó oficialmente en 2016 con la fusión del Movimiento Político Regional Perú Libre y el Partido Político Nacional Perú Libertario, también establecido por él en el 2012.

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El autodenominado movimiento “marxista, leninista, mariateguista” pasó desapercibido en las elecciones del 2016, en las que Vladimir abandonó su sueño presidencial para no perder la inscripción del partido. Tras ese fracaso, retornó a su zona de confort y fue nuevamente electo como presidente regional de la Heroica Junín en 2018. Aunque esperaba mantenerse en el cargo por cuatro años, los procesos judiciales en su contra se interpusieron. En 2019, el Quinto Juzgado Penal Unipersonal de Huancayo lo condenó a 4 años y 8 meses de prisión por negociación incompatible en agravio del Estado durante su primera gestión. Debido a ello, el gobernador regional fue forzado a abandonar su posición e impedido de integrar la plancha presidencial de Perú Libre para el 2021.  

Luego de su inhabilitación, entendió que, para tener injerencia en la esfera política, tendría que convertirse en aquel que controle a una nueva cara de su partido. Es ahí donde entra a escena Pedro Castillo. Aunque en primera vuelta, Cerrón estuvo detrás del telón, en la segunda fase sus polémicas declaraciones respecto a la envidiable pobreza de Venezuela y la necesidad de permanecer en el poder dejaron la mano que controlaba al títere a la vista del público. Estas frases fueron utilizadas para criticar duramente la candidatura del profesor. Ante ello, el rondero chotano buscó deslindarse de una extrema izquierda.

“No lo van a ver ni siquiera de portero”, dijo Castillo; pero, ello no fue suficiente para separarse de la figura de su jefe. Por el contrario, dejando los hilos a la vista, Vladimir y su hermano se pusieron en primer plano. Tras afirmar que el equipo técnico no era solo del posible presidente, Waldemar Cerrón advirtió: “El día que el candidato se separa del partido, empieza su desgracia”. Asimismo, como se supo hace unos días, fue el secretario general de Perú Libre quien organizó el cierre de campaña del exdirigente del Conare-Sutep.

Podemos decir que el ex gobernador regional no supo mantenerse tras reflectores durante toda la contienda electoral, lo que pone en duda la veracidad de los deslindes del profesor. En caso Pedro Castillo llegue al sillón de Pizarro, ¿podrá zafarse de los hilos de Cerrón?  Una interrogante que aún no tiene respuesta.

Escribe: Lucía Mayandía Medina (@lucia.mayandia01)